Los amigos de mi hijo 9
LOS AMIGOS DE MIS HIJOS
IX. EL FINAL
Mi hijo y yo ingerimos las pastillas. César salió de mi cuarto, yo elegí una blusa negra y me fuí de nuevo a la fiesta, en la cual me sentí más relajada y contenta, supongo que por las drogas; además de que empecé a beber copas de Brandy cuando ví a Enrique muy cariñoso con la pelirroja con la que Marcos se divertía hacía unos minutos.
A los 20 minutos Marcos se levantó y dijo...“Creo que es hora de probar el pastel Maribel”
Pensé que querría cogerme en la cocina, no tenía opción así que le acompañé y saqué el pastel, el cabrón de Marcos se sacó la verga y la pasó por el borde del pastel y me dijo...“Prueba el pastel Maribel y dime si está bueno”
Tuve que ponerme de rodillas y meterme su miembro manchado de chocolate en la boca.
- ¿Te gusta?
- No - dije yo para joderle
- Vaya, eso es que no lo has probado bien
Volvió a meter el pene en el pastel y me lo clavó hasta el fondo de la garganta...“¿Te gusta más ahora?”
- Si, si mucho más - dije yo para que me dejara en paz y me soltara la cabeza
Lo hizo, me soltó y cogiendo el pastel salió a la sala, por suerte no me había dado en la cocina. Cantamos a mi hijo las mañanitas y todos comimos pastel. Mi hijo comenzó a abrir los regalos y cuando quiso tomar el de su novia, Marcos le dijo que lo dejara para más adelante, mi hijo abrió los otros regalos y el que más le gustó fue un juego de ordenador, sus amigos habían sido generosos con él.
Todos continúan con la fiesta, bailando y bebiendo, han pasado 45 minutos desde la partida de pastel cuando, mi hijo empieza a sentirse algo mareado y con ganas de vomitar. Sheila se ofrece a acompañarlo al baño por si quiere vomitar.
Una de las chicas les informa que el alcohol se está terminando y varios chicos y todas las chicas se organizan para ir por más a alguna vinatería cerca.
Los chicos me miran y sonríen, no entiendo el motivo, hasta que Jorge dice ... “Enrique, ¿te importa que tu hijo Marcos ponga en cuatro patas a tu mujer?”
Mi esposo ni siquiera se mueve cuando Marcos se acerca a mi y agarrando mi blusa arranca todos los botones de un tirón pero sin quitarme la blusa, quiere que me la deje puesta para ver mis tetas sin estar desnudas por completo, luego me baja el cierre de la falda y ésta cae al suelo.
- Los zapatos de puta barata déjatelos puestos también
Humillada delante de Marcos y sus amigos y mi esposo, me pongo a cuatro patas en el centro de la sala pensando como podré disimular mi blusa en caso de que mi hijo y Sheila vuelvan del baño.
- No tan rápido ansiosa, se que tienes ganas de que te penetre delante del cornudo para enseñarle, pero antes te voy a comer la pucha
Me ordena que me siente al lado de mi esposo y comienza a acariciarme el clítoris con las yemas de sus dedos, me ordena abrir las piernas y me introduce el dedo anular, el cual comienza a mover en círculos.
Luego hundió su cara en mi entrepierna y comenzó a lamer, por suerte no estuvo mucho tiempo y no tuve que sufrir la indignidad de orgasmar ante mi esposo.
- Ahora si, a cuatro patas
Marcos se desnudó y se puso detrás de mí, abrazándome y estrujándome las tetas mientras me decía...“Pídeme que te coja delante de tu marido”
- Cógeme, cógeme delante de mi marido
- Muy bien gatita, ábrete el culo
Para poder hacerlo tuve que apoyar mi cabeza en el suelo y mover los brazos hacia atrás para abrirme la nalgas.
- Cuéntame lo que te han hecho mis amigos esta noche, quiero saber dónde te la han metido, en qué habitación y dónde se han corrido, así tu esposo estará informado de lo que pasaba en la fiesta mientras el bebía y se ligaba a las niñas hermosas”
Yo estoy a punto de echarme a llorar cuando comienzo a hablar...“Juanda me ha dado por la pucha en la cocina y se ha corrido dentro, Antonio me ha dado por el culo en el baño y se ha corrido dentro, a Jorge se la he chupado en la habitación de mi hijo y se ha corrido en mi boca, Manuel me ha cogido también por la vagina en mi habitación y se ha corrido en mis tetas".
- Vaya, has tenido una noche completita, bueno, yo te voy a dar por tu panochita que tanto disfruto.
Marcos me la metió sin más entretenimiento, agarrando mis caderas comenzó a cogerme con su energía habitual, mis tetas se movían de adelante hacia atrás y al no tener la sujeción de la blusa, podía sentir como se movían golpeando la blusa y como chocaban entre ellas mientras Marcos me penetraba, se le debió ocurrir alguna nueva perversión pues se detuvo y comenzó a reírse y decía ... "Pero mira que perverso salió mi señor padre, se le ha puesto dura la corneta de ver a su mujer disfrutar de mi verga"
Se echó sobre mí y agarrándome por las nalgas echo mi cuerpo hacia atrás, levantándome en el aire son su polla clavada, en esa posición habló con mi esposo... “Mira papá, se la he metido a tu mujer hasta las bolas, si miras podrás ver que estoy bien adentro de ella”
Mi esposo se sacó el miembro y comenzó a sobarse, todos los chicos se asombraron y también sacaron sus penes para empezar a pajearse, supongo que por el alcohol y las drogas yo me sentía muy excitada, y así, como me encontraba, me llevó desde la sala hasta mi habitación, al pasar por el baño se me removió el estómago, si mi hijo salía del baño me encontraría espatarrada y empalada por Marcos. Entramos en mi dormitorio y me dejó en la cama, Enrique venía detrás de nosotros junto con Jorge.
- Juanda, dile a Sheila que salga del baño y lleve al retoño a la sala con Manuel y quédate con ellos. - ordenó Marcos.
- Vaya carnal, me sorprendes cada vez más. - le dijo Jorge.
Tumbada en la cama vi como Sheila salía con mi hijo que casi no se mantenía en pie, debía estar muy drogado y ebrio... ni si quiera llevaba los ojos abiertos.
Yo no sabía que pretendía Marcos exponiéndome así ante la novia de mi hijo, pero al entrar Sheila, supe que no era la chica linda que yo pensaba...“Gracias por llamarme, al menos me libro del tonto de César un rato” dijo Sheila
Estaba claro que Sheila solo estaba con mi hijo porque Marcos se lo había pedido y estaba al tanto de todo lo que esos cabrones me hacían.
- ¿Porqué haces esto tú también?
- Porque Marcos me prometió una puchita madura para mi, por eso aguanto al pesado de tu hijo.
- Verás Maribel, mi buena amiga Sheila es lesbiana y lo que mas le gusta son las maduritas casadas como tú, le dije que si me ayudaba tú la harías feliz por unos minutos.
Sheila se desnudó delante de todos sin importarle lo más mínimo, se quedó completamente desnuda mostrando un pequeño cuerpo de menudos y sonrosados pechos, así como un pubis con una sola fina raya de vello púbico de color rubio, sin decir nada se acercó a mi y me fue empujando hasta que mi cabeza quedó apoyada en la almohada.
Marcos, Enrique y Jorge tragaban saliva y se masturbaban mirando nuestros cuerpos desnudos.
Sheila comenzó a acariciarme hasta que su mano derecha llegó a mis pechos, con sus dedos trazaba círculos alrededor de mis pezones mientras qué, con su mano izquierda había llegado a mi clítoris, el cual rozaba con la uña de uno de sus dedos.
- ¿Tú también? no por favor - le dije.
- Shhhttt, calla. Ahora verás como una mujer podrá hacerte gozar de verdad - dijo Sheila
En un momento dado, sus dedos apretaron uno de mis pezones, mientras un dedo entraba profundamente en mi vagina, para a continuación sentir su lengua presionándome justo en el clítoris.
Sentía su aliento sobre mi intimidad mientras me metía un par de dedos, y a la vez apretaba suavemente uno de mis pezones, no sé cómo lo hizo pero en pocos segundos con su boca y sus dedos logró uno de los orgamos que jamás he tenido.
Tanto mi esposo y los dos hermanos solo alcanzaban a decir cosas como ... "Carajo que rico, bésala, dale dedo, chupa tú dedo, méteselo por el culo"
Cuando mi cuerpo descansó, Sheila se aproximó a mi y me besó en la boca con una ternura desconocida para mi, después de que repetidas veces las lenguas de esas bestias que se hacían llamar "amigos de mi hijo" violaran mi boca.
Se puso a horcajadas sobre mí y dirigió mis manos a sus pequeños pechos haciéndome que los tocara y que, con mis dedos rozara mis pezones.
Luego fué subiendo su cuerpo hasta situar su vagina sobre mi boca.
- Ahora te enseñaré a comer puchita, venga, dale suegra.
No tengo que decir que esa era la primera vez que le hacía sexo oral a una mujer, no tenía ni idea de cómo hacerlo y me limitaba a mover mi lengua sobre el clítoris de Sheila, pronto ella se dió cuenta de que debía guiarme y comenzó a decirme...“Mueve tu lengua en círculos, ahora más rápido, mete más la lengua, usa sólo la punta, más a la derecha...”
No debí hacerlo tan mal puesto que, pronto mi boca se llenó con los jugos vaginales al tiempo que ella gemía y decía... “Uhmm, aprendes rápido suegra”.
Jorge salió de mi cuarto para volver un momento después con el regalo que había traído Sheila a mi hijo.
- Verás suegra, este regalo es para ti, no para tu hijo - dijo Sheila sonriendo.
Cuando lo abrió entendí lo que decía, era una especie de cinturón que ella se colocó, delante de ese cinturón había un pene de goma de color rosa.
- Te voy a coger con ésto por el culo y la panocha suegra
- No, eso es enorme, me matarás
Marcos me agarró una de mis manos y Enrique la otra, inmovilizándome abierta de piernas en la cama, Sheila se situó encima mía y me dijo...“Tranqui suegra, verás como te gusta, además es por tu bien"
- Caray Sheila, ¿no había nada más pequeño? - le decía Antonio
- Son 17 cm de goma, tú lo ves grande porque tú pitito es como de 11.
Sheila se puso sobre mi y comenzó a besarme con ternura, a la vez que me iba penetrando con el pene de goma y comencé a sentir mi vagina muy llena.
- Muy bien suegra, despacito, despacito te va a gustar poco a poco - Sheila comenzó a follarme como si quisiera reventarme.
- ¿Te gusta Maribel? - me preguntó Enrique, que se veía excitadísimo pero muy ebrio aún. Yo no podía hablar, me resistía mucho al placer que me causaba el aliento de mi nuera en mi pecho y cuello.
- Muy bien suegra, ahora...rápido, por el culo
Jorge y Enrique me giraron en la cama haciéndome quedar tumbada boca abajo mientras seguían sujetándome.
- No te preocupes suegra, mi amigo "gomita" trae un extra para ayudar a entrar en tu culo
No podía ver a que se refería pero sentí un liquido viscoso y frió caer sobre mi ano, supuse que era algún tipo de lubricante que venía junto con ese artefacto y Sheila comenzó a frotar su jueguete de goma. Se tumbó poco a poco encima de mi, metiéndome poco a poco la goma rosa, yo comencé a bufar y gemir cuando aquella cosa llegó al fondo.
- Te estoy rompiendo el culo suegra, pero tranquila que lo hago con cariño
Sheila me tiró del pelo haciendo que mi cuerpo se levantara y quedara a cuatro patas sobre la cama, el propio Marcos me quitó mi destrozada blusa para dejarme completamente en pelotas delante de ellos, mientras, me destrozaba el culo al tiempo que tiraba de mi pelo.
- ¡Vaya espectáculo niñas! - escuché la voz de Jorge
Manuel, Antonio y Juanda estaban en el quicio de la puerta, viéndolo todo.
- ¡¿Qué hacen aquí?!
- Le hemos dado al bebé un porro y se ha quedado perdido en el sillón, no queríamos perdernos la diversión. - dijo Juanda
- Bueno, pues ya es toda suya - dijo Sheila desenfundándome el juguete de goma, al tiempo que yo caía destrozada sobre mi cama.
- ¿No quieres tu un poco de goma Sheila? - dijo Enrique
- Vaya con mi padre, es todo un león. - dijo Marcos mientras se reía junto con todos sus amigos.
Sheila se acercaba a mi esposo y lo besó, lo tocaba por todas partes y pegaba todo su cuerpecito al de Enrique. Obviamente él hacía lo mismo, parecía que quería cómersela.
Jorge se les acercó y comenzó a tocar a Sheila por detrás. Era una escena tan llena de sexo que me fue imposible sentir deseo...
Marcos notó mi excitación, me besó y me ponía de rodillas, mientras le pidió a los otros chicos que me rodearan, todos agarraron sus miembros y los apuntaron hacia arriba delante de mi cara, mientras Marcos decía, hagamos una promesa...“Todas nuestras vergas para una gatita y una gatita para todas nuestras vergas”
Al terminar de decirlo todos comenzaron a golpearme con sus penes en la cara, me abofetearon con sus miembros duros en las mejillas y la frente, algunos estaban tan cachondos que me mancharon la cara con líquido preseminal. Yo estaba tan caliente que sacaba la lengua queriendo alcanzar todos y cada uno de esos penes.
Sheila aprovechó mi momento de cachondeo y también se acercó a mi, se arrodilló igual que yo y comenzaba a lamer los penes de todos, incluso el de mi esposo.
Todos comenzaron a masturbarse, nos rodaban y nosotras girábamos para poder lamer, chupar, mamar todos los penes. Estábamos como animales, sólo deseábamos desahogar los instintos que teníamos en mente. Las drogas ya habían hecho efecto en mi organismo, recuerdo que todo me daba vueltas y veía siluetas a colores. Sentía manos en mis tetas, miembros en mi boca, dedos en mi vulva...pero, me quedé helada al creer ver la silueta de César.
Enrique, no se había dado cuenta de que César se encontraba con nosotros, él estaba endiablado con tenernos desnudas a Sheila y a mi.
Yo estaba como ida y no me enteraba muy bien de la situación, al parecer los chicos que habían ido por el vino ya habían vuelto, pues en la sala se escuchaba música y risas.
Enrique salió de mi habitación y regresó casi de inmediato con la morena y la pelirroja. Aquéllo se acababa de convertir una deliciosa orgía, aunque yo no sabía dónde estaba César.
En ese momento me tiraron en la cama, Alberto y Manuel comenzaron a chuparme las tetas tumbados a ambos lados y fue Marcos quien se tumbó en la cama a mi lado...“Súbete encima gatita”, me dijo Marcos
Yo intentaba localizar a mi esposo y a mi hijo pero las imágenes de las siluetas eran tan brillantes y borrosas que no los ubicaba.
Lentamente, me dejé caer sobre el miembro de Marcos, él me acariciaba la espalda, yo empezaba a cabalgar a Marcos lentamente.
Jorge se subió a la cama y se acercó a mí desde atrás acercando su pene a la entrada de mi culo.
Marcos me abrazaba y me empujaba hacia abajo para que su verga entrara bien en mi pucha, cuando sentí a Jorge traspasar mi esfínter y me daba por el culo cada vez más deprisa besándome la espalda, las embestidas de ambos se alternaban rítmicamente, y yo sentía dos pedazos de carne calientes en mi interior a la vez.
Los dos entraban y salían a toda velocidad de mis agujeros, cuando sentí que la cama se hundía aún más, al parecer Manuel se había subido también a la cama y se puso yo no sabia que intención tenia ya que era imposible que hiciera algo con el, mis agujeros y mis manos estaban ocupados, no había sitio para nadie mas, me equivocaba…Una imagen llegó a mi mente, no podía ser, no podían querer hacer eso, era imposible, no pretenderían…
Todos se detuvieron, sentí a Manuel cerca, demasiado cerca, apoyaba algo en mi vulva, comenzó a empujar con su pene en mi vagina que, ya estaba ocupada por la polla de su amigo Marcos, traté de gritar pero la droga y el alcohol no me dejaban hablar, quise moverme pero era imposible, Marcos me abrazaba desde abajo y Jorge se apoyaba con su pecho en mi espalda.
- No entra - decía Manuel
- ¿Pero que no invitarás a tu padre a tu manjar? - Enrique estaba ahí, quitó a Manuel y ahora él lo intentaba, decía...“Lo he visto en un par de películas porno, se puede hacer”
- Carajo, está entrando, está entrando toda, menudo coño le vamos a dejar a la madre de tu hermano, no podrá andar en dos meses, jajaja - Enrique parecía un niño con juguete nuevo.
- Ya lo se, noto tu mierda de pito apoyado contra el mío aquí dentro - dice Marcos
- Venga Marcos, es el primer plato que disfrutamos al mismo tiempo, ya tendremos tiempo de recompensar lo que les he hecho. Ahora disfruta de mi gatita.
Marcos puede moverse muy despacio pero procurando que su pene no se salga de la vagina que comparte con su amigo padre, la mía.
En ese momento puedo ver apoyado en la puerta a mi hijo César que está con dos chicas, pero nos está observando, puede ver como su madre es ensartada por 3 hombres.
Marcos mira a mi hijo y le dice..."¿estás disfrutando de tu fiesta hermano?"
- Qué pasa, ¿Quiénes?... - mi hijo habla de forma muy extraña - ¿quién trajo a estas mujeres, quién les pagó?
Papá, te estás cogiendo a....
- Sheila se acerca desnuda a mi hijo y habla con él, mi hijo permanece en la puerta, se mueve hacia los lados y tiene los ojos entrecerrados, los cabrones que castigan mis agujeros lo siguen haciendo delante de mi hijo.
- ¿Se acabó lo bueno o que pasa Sheila? - le pregunta Jorge que ha vuelto a comenzar a martillear mi culo muy despacio.
- No chicos, que suerte hemos tenido, está pasadísimo, no se entera de una mierda, me lo voy a llevar a su cuarto con estas dos niñas.
- No espera, déjalo aquí, que vea como reventamos a su mamá - ¡Enrique se ha vuelto loco, cómo pudo pedirle eso a Sheila!
- Jajaja, que cabrón, ¿cómo voy a hacerle eso a mi novio?
- Siéntate con él, dónde mejor vea como destrozamos a su madre - le dice Marcos que tiene su cabeza enterrada entre mis pechos.
Sheila ayuda a mi hijo a sentarse en el suelo y ella se sienta desnuda a su lado, a mi hijo le cuesta andar y prácticamente no habla, solo balbucea.
- Mira cariño, mira atentamente como tus hermanos y tu padre, se las meten a tu mama, esto va a ser memorable - le dice Sheila a mi hijo... “Tu madre puede con todos cariño”.
- Sheila guapa, ¿que le parece a mi hijo ver a mama rellena de pito?
- Pues no lo van a creer, está excitado, jajaja
- ¿no me digas que se excita viendo a su hermanos y su padre cogiendo a su madre por todos sus agujeros?
- Pues se le ha puesto dura
- ¿Qué piensas de que pierda su virginidad contigo en un día tan importante como su dieciocho cumpleaños? - le preguntó Enrique a Sheila
- Yo pensaba que se cogiera a mi suegra
Esa pequeña era tan diabólica como el resto de sus amigos, por suerte Marcos no se dejó convencer
- Mira que eres zorra, eso no estaría bien Sheila, con lo amable que ha sido Maribel con nosotros no podemos hacerla follar con su hijo, ¿no crees Enrique? - dijo Marcos.
- Sería estupendo - respondió Enrique
Marcos se salió de mi cuerpo y al instante salieron los otros.
- Vamos eso no será posible, pero si tráelo junto con las otras chicas, vamos a reventarlas
Marcos apagó las luces y solo se podía ver un poco por la luz de la ventana.
La orgía estaba en su clímax, y juro que pude sentir las manos y la lengua de mi hijo y de otros tantos en mi cuerpo.
La fuerza y velocidad de las penetraciones no era demasiada pero eran constantes, mi cuerpo ya no podía mas, las drogas me mantenían despierta, pero no estaba conciente al cien.
Hubo un momento en que todos vaciaron sus huevos en mi cara, el cabello de la pelirroja, los pechos de la morena quedaron cubiertos de semen, así como la cama a mis pies por la leche que caía y se escurría por el piso.
Cuando todos terminaron, hombres y mujeres comenzaron a vestirse y fue entonces cuando Marcos dijo...“Bueno Maribel, una fiesta cojonuda pero nos tenemos que ir, te hemos dejado los agujeros tan abiertos que probablemente podrías meterte la cabeza de tu hijo dentro y no la sentirías así que te dejaremos descansar una buena temporada”
Enrique le reiteró que ésto no debía salir de la casa y que después el trataría de enmendar su error con su familia. Después, agradeció a todos los chicos y les prometió que les llamaría pronto para una nueva y renovada fiesta.
Todos se fueron vistiendo y despidiendo de mi. Enrique vistió y arrastró a mi hijo hasta su habitación y lo dejó en la cama.
- Vaya gatita, cómo le han dado verga hoy, se han corrido todos en su cara, yo también quiero cogerla papá- balbuceaba en sueños mi hijo, yo sólo esperaba que no supiera que esa mujer era su madre.
Al irse todos, mi esposo cayó rendido en el sofá. Yo cambié las sábanas, me duché y me metí en la cama, mi esposo seguía tirado en el sofá.
Al día siguiente no me podía ni mover y andaba como un pato al sentir el escozor de mis agujeros, yo estuve aterrada hasta que mi hijo se despertó.
Me dió un beso y me dijo con toda naturalidad “Pufff mamá, no voy a beber en la vida, no me acuerdo de nada, ni siquiera del regalo de Sheila”
Yo si me acordaba del regalo de su novia y del de sus amigos.
Al mediodía, recibo un mensaje de texto de Marcos "gatita, me enamoré como un loco de ti"
Suspiré, porque me había ocurrido igual. Sólo esperaba que las palabras de Enrique no fueran ciertas y que no hubiera otra fiesta y que no me molestaran en mucho tiempo. Yo lo agradecería...Y mis agujeros también.
IX. EL FINAL
Mi hijo y yo ingerimos las pastillas. César salió de mi cuarto, yo elegí una blusa negra y me fuí de nuevo a la fiesta, en la cual me sentí más relajada y contenta, supongo que por las drogas; además de que empecé a beber copas de Brandy cuando ví a Enrique muy cariñoso con la pelirroja con la que Marcos se divertía hacía unos minutos.
A los 20 minutos Marcos se levantó y dijo...“Creo que es hora de probar el pastel Maribel”
Pensé que querría cogerme en la cocina, no tenía opción así que le acompañé y saqué el pastel, el cabrón de Marcos se sacó la verga y la pasó por el borde del pastel y me dijo...“Prueba el pastel Maribel y dime si está bueno”
Tuve que ponerme de rodillas y meterme su miembro manchado de chocolate en la boca.
- ¿Te gusta?
- No - dije yo para joderle
- Vaya, eso es que no lo has probado bien
Volvió a meter el pene en el pastel y me lo clavó hasta el fondo de la garganta...“¿Te gusta más ahora?”
- Si, si mucho más - dije yo para que me dejara en paz y me soltara la cabeza
Lo hizo, me soltó y cogiendo el pastel salió a la sala, por suerte no me había dado en la cocina. Cantamos a mi hijo las mañanitas y todos comimos pastel. Mi hijo comenzó a abrir los regalos y cuando quiso tomar el de su novia, Marcos le dijo que lo dejara para más adelante, mi hijo abrió los otros regalos y el que más le gustó fue un juego de ordenador, sus amigos habían sido generosos con él.
Todos continúan con la fiesta, bailando y bebiendo, han pasado 45 minutos desde la partida de pastel cuando, mi hijo empieza a sentirse algo mareado y con ganas de vomitar. Sheila se ofrece a acompañarlo al baño por si quiere vomitar.
Una de las chicas les informa que el alcohol se está terminando y varios chicos y todas las chicas se organizan para ir por más a alguna vinatería cerca.
Los chicos me miran y sonríen, no entiendo el motivo, hasta que Jorge dice ... “Enrique, ¿te importa que tu hijo Marcos ponga en cuatro patas a tu mujer?”
Mi esposo ni siquiera se mueve cuando Marcos se acerca a mi y agarrando mi blusa arranca todos los botones de un tirón pero sin quitarme la blusa, quiere que me la deje puesta para ver mis tetas sin estar desnudas por completo, luego me baja el cierre de la falda y ésta cae al suelo.
- Los zapatos de puta barata déjatelos puestos también
Humillada delante de Marcos y sus amigos y mi esposo, me pongo a cuatro patas en el centro de la sala pensando como podré disimular mi blusa en caso de que mi hijo y Sheila vuelvan del baño.
- No tan rápido ansiosa, se que tienes ganas de que te penetre delante del cornudo para enseñarle, pero antes te voy a comer la pucha
Me ordena que me siente al lado de mi esposo y comienza a acariciarme el clítoris con las yemas de sus dedos, me ordena abrir las piernas y me introduce el dedo anular, el cual comienza a mover en círculos.
Luego hundió su cara en mi entrepierna y comenzó a lamer, por suerte no estuvo mucho tiempo y no tuve que sufrir la indignidad de orgasmar ante mi esposo.
- Ahora si, a cuatro patas
Marcos se desnudó y se puso detrás de mí, abrazándome y estrujándome las tetas mientras me decía...“Pídeme que te coja delante de tu marido”
- Cógeme, cógeme delante de mi marido
- Muy bien gatita, ábrete el culo
Para poder hacerlo tuve que apoyar mi cabeza en el suelo y mover los brazos hacia atrás para abrirme la nalgas.
- Cuéntame lo que te han hecho mis amigos esta noche, quiero saber dónde te la han metido, en qué habitación y dónde se han corrido, así tu esposo estará informado de lo que pasaba en la fiesta mientras el bebía y se ligaba a las niñas hermosas”
Yo estoy a punto de echarme a llorar cuando comienzo a hablar...“Juanda me ha dado por la pucha en la cocina y se ha corrido dentro, Antonio me ha dado por el culo en el baño y se ha corrido dentro, a Jorge se la he chupado en la habitación de mi hijo y se ha corrido en mi boca, Manuel me ha cogido también por la vagina en mi habitación y se ha corrido en mis tetas".
- Vaya, has tenido una noche completita, bueno, yo te voy a dar por tu panochita que tanto disfruto.
Marcos me la metió sin más entretenimiento, agarrando mis caderas comenzó a cogerme con su energía habitual, mis tetas se movían de adelante hacia atrás y al no tener la sujeción de la blusa, podía sentir como se movían golpeando la blusa y como chocaban entre ellas mientras Marcos me penetraba, se le debió ocurrir alguna nueva perversión pues se detuvo y comenzó a reírse y decía ... "Pero mira que perverso salió mi señor padre, se le ha puesto dura la corneta de ver a su mujer disfrutar de mi verga"
Se echó sobre mí y agarrándome por las nalgas echo mi cuerpo hacia atrás, levantándome en el aire son su polla clavada, en esa posición habló con mi esposo... “Mira papá, se la he metido a tu mujer hasta las bolas, si miras podrás ver que estoy bien adentro de ella”
Mi esposo se sacó el miembro y comenzó a sobarse, todos los chicos se asombraron y también sacaron sus penes para empezar a pajearse, supongo que por el alcohol y las drogas yo me sentía muy excitada, y así, como me encontraba, me llevó desde la sala hasta mi habitación, al pasar por el baño se me removió el estómago, si mi hijo salía del baño me encontraría espatarrada y empalada por Marcos. Entramos en mi dormitorio y me dejó en la cama, Enrique venía detrás de nosotros junto con Jorge.
- Juanda, dile a Sheila que salga del baño y lleve al retoño a la sala con Manuel y quédate con ellos. - ordenó Marcos.
- Vaya carnal, me sorprendes cada vez más. - le dijo Jorge.
Tumbada en la cama vi como Sheila salía con mi hijo que casi no se mantenía en pie, debía estar muy drogado y ebrio... ni si quiera llevaba los ojos abiertos.
Yo no sabía que pretendía Marcos exponiéndome así ante la novia de mi hijo, pero al entrar Sheila, supe que no era la chica linda que yo pensaba...“Gracias por llamarme, al menos me libro del tonto de César un rato” dijo Sheila
Estaba claro que Sheila solo estaba con mi hijo porque Marcos se lo había pedido y estaba al tanto de todo lo que esos cabrones me hacían.
- ¿Porqué haces esto tú también?
- Porque Marcos me prometió una puchita madura para mi, por eso aguanto al pesado de tu hijo.
- Verás Maribel, mi buena amiga Sheila es lesbiana y lo que mas le gusta son las maduritas casadas como tú, le dije que si me ayudaba tú la harías feliz por unos minutos.
Sheila se desnudó delante de todos sin importarle lo más mínimo, se quedó completamente desnuda mostrando un pequeño cuerpo de menudos y sonrosados pechos, así como un pubis con una sola fina raya de vello púbico de color rubio, sin decir nada se acercó a mi y me fue empujando hasta que mi cabeza quedó apoyada en la almohada.
Marcos, Enrique y Jorge tragaban saliva y se masturbaban mirando nuestros cuerpos desnudos.
Sheila comenzó a acariciarme hasta que su mano derecha llegó a mis pechos, con sus dedos trazaba círculos alrededor de mis pezones mientras qué, con su mano izquierda había llegado a mi clítoris, el cual rozaba con la uña de uno de sus dedos.
- ¿Tú también? no por favor - le dije.
- Shhhttt, calla. Ahora verás como una mujer podrá hacerte gozar de verdad - dijo Sheila
En un momento dado, sus dedos apretaron uno de mis pezones, mientras un dedo entraba profundamente en mi vagina, para a continuación sentir su lengua presionándome justo en el clítoris.
Sentía su aliento sobre mi intimidad mientras me metía un par de dedos, y a la vez apretaba suavemente uno de mis pezones, no sé cómo lo hizo pero en pocos segundos con su boca y sus dedos logró uno de los orgamos que jamás he tenido.
Tanto mi esposo y los dos hermanos solo alcanzaban a decir cosas como ... "Carajo que rico, bésala, dale dedo, chupa tú dedo, méteselo por el culo"
Cuando mi cuerpo descansó, Sheila se aproximó a mi y me besó en la boca con una ternura desconocida para mi, después de que repetidas veces las lenguas de esas bestias que se hacían llamar "amigos de mi hijo" violaran mi boca.
Se puso a horcajadas sobre mí y dirigió mis manos a sus pequeños pechos haciéndome que los tocara y que, con mis dedos rozara mis pezones.
Luego fué subiendo su cuerpo hasta situar su vagina sobre mi boca.
- Ahora te enseñaré a comer puchita, venga, dale suegra.
No tengo que decir que esa era la primera vez que le hacía sexo oral a una mujer, no tenía ni idea de cómo hacerlo y me limitaba a mover mi lengua sobre el clítoris de Sheila, pronto ella se dió cuenta de que debía guiarme y comenzó a decirme...“Mueve tu lengua en círculos, ahora más rápido, mete más la lengua, usa sólo la punta, más a la derecha...”
No debí hacerlo tan mal puesto que, pronto mi boca se llenó con los jugos vaginales al tiempo que ella gemía y decía... “Uhmm, aprendes rápido suegra”.
Jorge salió de mi cuarto para volver un momento después con el regalo que había traído Sheila a mi hijo.
- Verás suegra, este regalo es para ti, no para tu hijo - dijo Sheila sonriendo.
Cuando lo abrió entendí lo que decía, era una especie de cinturón que ella se colocó, delante de ese cinturón había un pene de goma de color rosa.
- Te voy a coger con ésto por el culo y la panocha suegra
- No, eso es enorme, me matarás
Marcos me agarró una de mis manos y Enrique la otra, inmovilizándome abierta de piernas en la cama, Sheila se situó encima mía y me dijo...“Tranqui suegra, verás como te gusta, además es por tu bien"
- Caray Sheila, ¿no había nada más pequeño? - le decía Antonio
- Son 17 cm de goma, tú lo ves grande porque tú pitito es como de 11.
Sheila se puso sobre mi y comenzó a besarme con ternura, a la vez que me iba penetrando con el pene de goma y comencé a sentir mi vagina muy llena.
- Muy bien suegra, despacito, despacito te va a gustar poco a poco - Sheila comenzó a follarme como si quisiera reventarme.
- ¿Te gusta Maribel? - me preguntó Enrique, que se veía excitadísimo pero muy ebrio aún. Yo no podía hablar, me resistía mucho al placer que me causaba el aliento de mi nuera en mi pecho y cuello.
- Muy bien suegra, ahora...rápido, por el culo
Jorge y Enrique me giraron en la cama haciéndome quedar tumbada boca abajo mientras seguían sujetándome.
- No te preocupes suegra, mi amigo "gomita" trae un extra para ayudar a entrar en tu culo
No podía ver a que se refería pero sentí un liquido viscoso y frió caer sobre mi ano, supuse que era algún tipo de lubricante que venía junto con ese artefacto y Sheila comenzó a frotar su jueguete de goma. Se tumbó poco a poco encima de mi, metiéndome poco a poco la goma rosa, yo comencé a bufar y gemir cuando aquella cosa llegó al fondo.
- Te estoy rompiendo el culo suegra, pero tranquila que lo hago con cariño
Sheila me tiró del pelo haciendo que mi cuerpo se levantara y quedara a cuatro patas sobre la cama, el propio Marcos me quitó mi destrozada blusa para dejarme completamente en pelotas delante de ellos, mientras, me destrozaba el culo al tiempo que tiraba de mi pelo.
- ¡Vaya espectáculo niñas! - escuché la voz de Jorge
Manuel, Antonio y Juanda estaban en el quicio de la puerta, viéndolo todo.
- ¡¿Qué hacen aquí?!
- Le hemos dado al bebé un porro y se ha quedado perdido en el sillón, no queríamos perdernos la diversión. - dijo Juanda
- Bueno, pues ya es toda suya - dijo Sheila desenfundándome el juguete de goma, al tiempo que yo caía destrozada sobre mi cama.
- ¿No quieres tu un poco de goma Sheila? - dijo Enrique
- Vaya con mi padre, es todo un león. - dijo Marcos mientras se reía junto con todos sus amigos.
Sheila se acercaba a mi esposo y lo besó, lo tocaba por todas partes y pegaba todo su cuerpecito al de Enrique. Obviamente él hacía lo mismo, parecía que quería cómersela.
Jorge se les acercó y comenzó a tocar a Sheila por detrás. Era una escena tan llena de sexo que me fue imposible sentir deseo...
Marcos notó mi excitación, me besó y me ponía de rodillas, mientras le pidió a los otros chicos que me rodearan, todos agarraron sus miembros y los apuntaron hacia arriba delante de mi cara, mientras Marcos decía, hagamos una promesa...“Todas nuestras vergas para una gatita y una gatita para todas nuestras vergas”
Al terminar de decirlo todos comenzaron a golpearme con sus penes en la cara, me abofetearon con sus miembros duros en las mejillas y la frente, algunos estaban tan cachondos que me mancharon la cara con líquido preseminal. Yo estaba tan caliente que sacaba la lengua queriendo alcanzar todos y cada uno de esos penes.
Sheila aprovechó mi momento de cachondeo y también se acercó a mi, se arrodilló igual que yo y comenzaba a lamer los penes de todos, incluso el de mi esposo.
Todos comenzaron a masturbarse, nos rodaban y nosotras girábamos para poder lamer, chupar, mamar todos los penes. Estábamos como animales, sólo deseábamos desahogar los instintos que teníamos en mente. Las drogas ya habían hecho efecto en mi organismo, recuerdo que todo me daba vueltas y veía siluetas a colores. Sentía manos en mis tetas, miembros en mi boca, dedos en mi vulva...pero, me quedé helada al creer ver la silueta de César.
Enrique, no se había dado cuenta de que César se encontraba con nosotros, él estaba endiablado con tenernos desnudas a Sheila y a mi.
Yo estaba como ida y no me enteraba muy bien de la situación, al parecer los chicos que habían ido por el vino ya habían vuelto, pues en la sala se escuchaba música y risas.
Enrique salió de mi habitación y regresó casi de inmediato con la morena y la pelirroja. Aquéllo se acababa de convertir una deliciosa orgía, aunque yo no sabía dónde estaba César.
En ese momento me tiraron en la cama, Alberto y Manuel comenzaron a chuparme las tetas tumbados a ambos lados y fue Marcos quien se tumbó en la cama a mi lado...“Súbete encima gatita”, me dijo Marcos
Yo intentaba localizar a mi esposo y a mi hijo pero las imágenes de las siluetas eran tan brillantes y borrosas que no los ubicaba.
Lentamente, me dejé caer sobre el miembro de Marcos, él me acariciaba la espalda, yo empezaba a cabalgar a Marcos lentamente.
Jorge se subió a la cama y se acercó a mí desde atrás acercando su pene a la entrada de mi culo.
Marcos me abrazaba y me empujaba hacia abajo para que su verga entrara bien en mi pucha, cuando sentí a Jorge traspasar mi esfínter y me daba por el culo cada vez más deprisa besándome la espalda, las embestidas de ambos se alternaban rítmicamente, y yo sentía dos pedazos de carne calientes en mi interior a la vez.
Los dos entraban y salían a toda velocidad de mis agujeros, cuando sentí que la cama se hundía aún más, al parecer Manuel se había subido también a la cama y se puso yo no sabia que intención tenia ya que era imposible que hiciera algo con el, mis agujeros y mis manos estaban ocupados, no había sitio para nadie mas, me equivocaba…Una imagen llegó a mi mente, no podía ser, no podían querer hacer eso, era imposible, no pretenderían…
Todos se detuvieron, sentí a Manuel cerca, demasiado cerca, apoyaba algo en mi vulva, comenzó a empujar con su pene en mi vagina que, ya estaba ocupada por la polla de su amigo Marcos, traté de gritar pero la droga y el alcohol no me dejaban hablar, quise moverme pero era imposible, Marcos me abrazaba desde abajo y Jorge se apoyaba con su pecho en mi espalda.
- No entra - decía Manuel
- ¿Pero que no invitarás a tu padre a tu manjar? - Enrique estaba ahí, quitó a Manuel y ahora él lo intentaba, decía...“Lo he visto en un par de películas porno, se puede hacer”
- Carajo, está entrando, está entrando toda, menudo coño le vamos a dejar a la madre de tu hermano, no podrá andar en dos meses, jajaja - Enrique parecía un niño con juguete nuevo.
- Ya lo se, noto tu mierda de pito apoyado contra el mío aquí dentro - dice Marcos
- Venga Marcos, es el primer plato que disfrutamos al mismo tiempo, ya tendremos tiempo de recompensar lo que les he hecho. Ahora disfruta de mi gatita.
Marcos puede moverse muy despacio pero procurando que su pene no se salga de la vagina que comparte con su amigo padre, la mía.
En ese momento puedo ver apoyado en la puerta a mi hijo César que está con dos chicas, pero nos está observando, puede ver como su madre es ensartada por 3 hombres.
Marcos mira a mi hijo y le dice..."¿estás disfrutando de tu fiesta hermano?"
- Qué pasa, ¿Quiénes?... - mi hijo habla de forma muy extraña - ¿quién trajo a estas mujeres, quién les pagó?
Papá, te estás cogiendo a....
- Sheila se acerca desnuda a mi hijo y habla con él, mi hijo permanece en la puerta, se mueve hacia los lados y tiene los ojos entrecerrados, los cabrones que castigan mis agujeros lo siguen haciendo delante de mi hijo.
- ¿Se acabó lo bueno o que pasa Sheila? - le pregunta Jorge que ha vuelto a comenzar a martillear mi culo muy despacio.
- No chicos, que suerte hemos tenido, está pasadísimo, no se entera de una mierda, me lo voy a llevar a su cuarto con estas dos niñas.
- No espera, déjalo aquí, que vea como reventamos a su mamá - ¡Enrique se ha vuelto loco, cómo pudo pedirle eso a Sheila!
- Jajaja, que cabrón, ¿cómo voy a hacerle eso a mi novio?
- Siéntate con él, dónde mejor vea como destrozamos a su madre - le dice Marcos que tiene su cabeza enterrada entre mis pechos.
Sheila ayuda a mi hijo a sentarse en el suelo y ella se sienta desnuda a su lado, a mi hijo le cuesta andar y prácticamente no habla, solo balbucea.
- Mira cariño, mira atentamente como tus hermanos y tu padre, se las meten a tu mama, esto va a ser memorable - le dice Sheila a mi hijo... “Tu madre puede con todos cariño”.
- Sheila guapa, ¿que le parece a mi hijo ver a mama rellena de pito?
- Pues no lo van a creer, está excitado, jajaja
- ¿no me digas que se excita viendo a su hermanos y su padre cogiendo a su madre por todos sus agujeros?
- Pues se le ha puesto dura
- ¿Qué piensas de que pierda su virginidad contigo en un día tan importante como su dieciocho cumpleaños? - le preguntó Enrique a Sheila
- Yo pensaba que se cogiera a mi suegra
Esa pequeña era tan diabólica como el resto de sus amigos, por suerte Marcos no se dejó convencer
- Mira que eres zorra, eso no estaría bien Sheila, con lo amable que ha sido Maribel con nosotros no podemos hacerla follar con su hijo, ¿no crees Enrique? - dijo Marcos.
- Sería estupendo - respondió Enrique
Marcos se salió de mi cuerpo y al instante salieron los otros.
- Vamos eso no será posible, pero si tráelo junto con las otras chicas, vamos a reventarlas
Marcos apagó las luces y solo se podía ver un poco por la luz de la ventana.
La orgía estaba en su clímax, y juro que pude sentir las manos y la lengua de mi hijo y de otros tantos en mi cuerpo.
La fuerza y velocidad de las penetraciones no era demasiada pero eran constantes, mi cuerpo ya no podía mas, las drogas me mantenían despierta, pero no estaba conciente al cien.
Hubo un momento en que todos vaciaron sus huevos en mi cara, el cabello de la pelirroja, los pechos de la morena quedaron cubiertos de semen, así como la cama a mis pies por la leche que caía y se escurría por el piso.
Cuando todos terminaron, hombres y mujeres comenzaron a vestirse y fue entonces cuando Marcos dijo...“Bueno Maribel, una fiesta cojonuda pero nos tenemos que ir, te hemos dejado los agujeros tan abiertos que probablemente podrías meterte la cabeza de tu hijo dentro y no la sentirías así que te dejaremos descansar una buena temporada”
Enrique le reiteró que ésto no debía salir de la casa y que después el trataría de enmendar su error con su familia. Después, agradeció a todos los chicos y les prometió que les llamaría pronto para una nueva y renovada fiesta.
Todos se fueron vistiendo y despidiendo de mi. Enrique vistió y arrastró a mi hijo hasta su habitación y lo dejó en la cama.
- Vaya gatita, cómo le han dado verga hoy, se han corrido todos en su cara, yo también quiero cogerla papá- balbuceaba en sueños mi hijo, yo sólo esperaba que no supiera que esa mujer era su madre.
Al irse todos, mi esposo cayó rendido en el sofá. Yo cambié las sábanas, me duché y me metí en la cama, mi esposo seguía tirado en el sofá.
Al día siguiente no me podía ni mover y andaba como un pato al sentir el escozor de mis agujeros, yo estuve aterrada hasta que mi hijo se despertó.
Me dió un beso y me dijo con toda naturalidad “Pufff mamá, no voy a beber en la vida, no me acuerdo de nada, ni siquiera del regalo de Sheila”
Yo si me acordaba del regalo de su novia y del de sus amigos.
Al mediodía, recibo un mensaje de texto de Marcos "gatita, me enamoré como un loco de ti"
Suspiré, porque me había ocurrido igual. Sólo esperaba que las palabras de Enrique no fueran ciertas y que no hubiera otra fiesta y que no me molestaran en mucho tiempo. Yo lo agradecería...Y mis agujeros también.
Comentarios
Publicar un comentario