Los amigos de mi hijo 4

LOS AMIGOS DE MI HIJO

IV. LA TRAGAPOLLAS

Habían pasado bastantes días desde mi último encuentro con Marcos y su amigo Manuel en aquel estudio de tatuajes y no había vuelto a molestarme, pero yo estaba cada día más inquieta, pues no sabía cuándo terminarían "Los amigos de mi hijo" conmigo.

César estaba por cumplir 19 años, en poco más de un mes, y supe por mi hijo que escuchó que Marcos estaba preparando una fiesta sorpresa para el. Cuando me lo contó solo pude pensar en todas las barbaridades por las que ese cerdo me había hecho pasar.

Aunque esté mal reconocerlo, he de decir que yo estaba contenta porque mi hijo había caído enfermo en una mañana de escuela, tenía bastante fiebre y el médico le dijo que tenía que guardar reposo, ya que todo apuntaba a una gripe de temporada; así que por un momento pensé que de ese modo podía tener la excusa perfecta para no ver a Marcos, pero como casi siempre encontró la manera de volver a joderme y la enfermedad de mi hijo sirvió para acelerar una nueva visita.

Eran las 19:00 horas y mi esposo, como de costumbre estaba trabajando, aunque en esa ocasión faltaba poco para que regresara a casa, me había llamado por teléfono y me dijo que seguramente en un par de horas o tres estaría en casa después de arreglar el papeleo del último transporte.

Cuando sonó el interfón de casa me levanté a abrir contenta, pensé que era mi esposo que se había olvidado las llaves y que ya estaba en casa, me equivocaba.

- ¿Si?

- ¡Sorpresa, abre! - era la voz de Marcos.

Un escalofrió recorrió mi cuerpo pero no tuve más remedio que abrir, mi hijo estaba en su habitación, metido en cama desde la mañana.

Cuando Marcos llamó a la puerta yo abrí y para mi sorpresa no venía solo, le acompañaban Manuel el nieto de Rosa, el chico delgado de la otra vez de quién nunca supe su nombre, el chico marcado que ahora llevaba barba y del que ese día supe le llamaban "Juanda" y otro chico a quien nunca había visto, de cuerpo atlético, piel apiñonada, ojos un poco rasgados de unos 22 años llamado Jorge.

- Hola Maribel, ¿qué tal estas?

- Bien… ¿qué hacen aquí…?

- Pues verás, es que ya sabes que tu hijo es muy estudioso y me ha llamado hace un par de horas para decirme que no había podido ir a clase porque estaba enfermo y si no me era molestia podía traerle los apuntes, ya sabes que somos muy amigos de tu hijo y haríamos lo que fuera por él, así que aquí estamos con los apuntes, jejeje.

Por un segundo odie a mi hijo, su estupidez había hecho que esos cabrones estuvieran nuevamente en mi casa, sin pedir permiso todos pasaron al salón de casa y se sentaron en los sofás.

- El otro día creo que fui muy descortés, no te presente a los chicos, éste es Manu, aunque ya debes saberlo, después de tu cita para el tatuaje (se sonríen como cómplices) creo que ya tienes confianza suficiente con él, el otro es el Flaco, Juanda y el nuevo es Jorge. Ya ves que no somos muy originales para los apodos, pero ya sabes tu que definitivamente si lo somos para otras cosas, jejeje

Al decir ésto, todos me susurraban de manera vulgar "hola guapa, mamita, qué buena estás, te voy a empinar"... y no se qué otras cosas decían en forma de saludo.

- MAMAAAAAA, ¿HA VENIDO ALGUIEN? - gritó mi hijo desde su habitación.

- SIIII HIJO, TUS AMIGOS HA TRAERTE LOS APUNTES QUE LES PEDISTE.

- AHORA VOY.

- Que no venga el tarado, no tenemos ganas de verlo - me dijo Marcos.

- NO CARIÑO, MEJOR QUÉDATE EN TU HABITACIÓN, YA SABES QUE TIENES GRIPE Y PUEDES CONTAGIAR A TUS AMIGOS.

- JODER MAMÁ, ES SÓLO UN MOMENTO

- OYE HERMANO, HAZLE CASO A TU MADRE NO VAYAS A CONTAGIARNOS Y NO PODAMOS CELEBRAR TU CUMPLEAÑOS - dijo Marcos

- JODER, VALE BRO, ESTOY AQUÍ COMO EN CUARENTENA

Todos rieron y después Jorge dijo...“Oye Maribel, ¿no vas a ofrecernos nada?”

- ¿Qué…qué quieren?

Yo estaba aterrada esperando una respuesta de Jorge, quien dijo "romperte el culo"

Pero por suerte Marcos dijo “tráenos un café y unas galletas”

Me fuí a la cocina dejando a los chicos en la sala, deseaba con todas mis fuerzas que mi esposo llegara a casa y pudiera escapar de aquella situación; preparé 6 cafés y puse una bandeja con galletas, cuando regresé la dejé en la mesita de la sala y les pregunté, como si fueran unos invitados normales, si querían leche con el café.

- No gracias, nosotros tomamos el café solo.

- Voy a ir a por ella, a mi si me gusta tomarlo con leche.

¡¿En qué maldito momento dije aquello de la leche?!

- Oye Maribel no te preocupes que mis amigos y yo podemos darte leche si quieres...

Marcos se bajó los pantalones y volvió a sentarse en el sofá agitando con su mano su pene flácido.

- Pe…pe…mi hijo…él está…

- Venga Maribel, ya sabemos que tu hijo está en casa, no es ningún problema ¿verdad? - dijo el cabrón de Manuel.

Jorge a su vez y entre risas dijo - Mira Maribel, seguro que tu hijo todavía es de jugar con videojuegos, pero nosotros somos mas de jugar contigo al café con leche, jajaja.

Como siempre, no tenía elección, al menos en aquella ocasión Marcos me iba a permitir mantener algo de dignidad, dejándome permanecer vestida ante todos sus amigos, me acerqué a Marcos que había cogido el café de la mesa y una galleta y estaba esperando que yo comenzara a chupar.

Me puse de rodillas delante de él mientras sus 4 amigos miraban sonriendo comiendo también alguna galleta, agarré la verga de Marcos con una mano y comencé a lamerla.

Manuel rompió el silencio diciendo... "Esto si que es una buena anfitriona, café, galletas y mamadas, tu madre debería aprender de Maribel, Flaco jaja"

- Cállate cabrón, mi madre no es una puta como ésta.

Sólo escuché como rieron los demás...

- Venga Maribel, con mas ganas, que ya se que puedes hacerlo mejor - dijo Marcos

Se metió la galleta en la boca y con su mano libre empujó mi cabeza y me la metió hasta el fondo de la garganta, tuve una arcada pero ya me estaba empezando a acostumbrar a aquellas mamadas y seguí chupando.

- Oye mamita, no te olvides de nosotros, también somos amigos de tu hijo - dijo Juanda.

Marcos estaba en medio en el sofá, entre Jorge y Juanda, cuando les miré estaban con los pantalones bajados agitando sus pitos, agarré las vergas de los dos chicos y comencé a pajearlas.

En eso, brinqué al escuchar gritar a mi hijo... "MAMAAAAA, ¿PUEDES TRAERME AGUA"

- ¡Qué pesado es tu hijo” dijo Manuel

Yo seguía con la boca llena de verga y Marcos no me quitaba la mano de la cabeza...

- TRANQUILO CHAVAL, QUE AHORA VOY YO, TU MADRE ESTA OCUPADA - dijo el chico al que llamaban Flaco.

- Si, está ocupada mamando y pajeando, jajaja - rió Juanda

Marcos sacó su verga de mi boca y se puso de pie, de manera muy seria y con voz gruesa les pidió a todos hacer silencio y le ordenó al amigo que acompañaría a mi hijo, que no lo dejara solo mientras ellos se divertían. El reclamó su turno para divertirse y Marcos le dijo con los dientes cerrados "haz lo que te estoy ordenando flaco o a quien le partiremos el culo será a ti".

Flaco se levantó del sofá y fue a la cocina por el agua para mi hijo, caminó hasta el cuarto de mi hijo y cerró la puerta.

Mientras tanto, podía ver como Manuel también estaba ya igual que sus amigos y él mismo se pajeaba mirando la dantesca escena.

- Deja que chupe la mía - dijo Jorge a Marcos

- Venga perrita, ve cambiando de pitos mientras merendamos- me dijo Marcos

Yo le hice caso, como siempre, era un espectáculo horrible, estaba allí con la boca llena de carne con las pollas de "los amigos de mi hijo" alternándose en mi boca, mi saliva se mezclaba con sus líquidos preseminales, esa mezcla empapaba ya mis mejillas y, yo solo podía pensar en que mi esposo podía llegar y no darme tiempo a dejar aquellas pollas, o que mi hijo podía levantarse de la cama y ver en esa situación a su madre.

- Putaaa, qué rico la chupa, estaba deseando que me la empezara a mamar- decía Jorge

Yo sólo podía engullir pene tras pene sin dar abasto, eran 4 vergas y con mi boca y mis manos yo solo podía mantener ocupadas 3 de ellas, temblaba solo de pensar que el que sobraba decidiera usar mis otros agujeros.

No paraban de restregar sus pollas contra mi cara, llenándome de babas y un poco de semen hasta la frente; sus caras dejaban patente lo buena que me estaba haciendo como traga pollas.

- Si hubiera sabido lo buena que eras me habría hecho amigo de tu hijo hace años - dijo Juanda

- Estoy como loco por llenarte la cara de semen - dijo Jorge, mientras me ocupaba de su polla con la boca, esa era la primera vez que le comía la polla y eso que hacia 10 minutos que le conocía, a pesar de todo me alegré, me daba cuenta de que muy en mi contra mi cuerpo, mi boca respondían a mis instintos... La verga de Jorge no era un gran falo, pero definitivamente era diferente a lo que había probado...su textura era tan suave pero venosa, sentía bordes a lo largo de su verga... me inquietó pensar que estaba muy excitado.

Ellos no paraban de reírse y de gozar como cerdos y yo sólo podía pedir que mi esposo y mi hijo no aparecieran en ese momento.

- Así me gusta Maribel, que le chupes la verga a todos "los amigos de tu hijo” - decía Marcos

Juanda replicó - Además ya nos han contado que eres muy bien portada y haces lo que Marcos te ordene”

Estaba claro que Marcos había sido un hablador con sus amigos y les había contado todas las guarrerías que me obligó.

- Qué pasa Maribel, ¿no dices nada? - preguntó Juanda

Yo seguía chupando y pajeando sin abrir la boca mas que para engullir aquellos pitos

- Di lo mucho que te gusta esto Maribel - me pedía Manuel

Me saqué la verga de Juanda que ahora era la que estaba en mi boca y dije ...“Si, me encanta chupar vergas"

- Jajajaja - volvieron a reírse todos cuando Marcos dijo..."Genial entonces, porque te vas a hartar de verga”.

- Muy bien perrita, muy obediente - me dijo Juanda mientras yo seguía degustando su miembro.

Marcos jaló mi cabello y me dijo al oído: "Quiero que le chupes la polla a Juanda hasta el final, quiero que se corra dentro de tu boca y que luego pases a la verga de Manuel, ¿me has entendido?”

- Si - dije sacándome el miembro de Juanda de la boca sabiendo que negarme a tragar la corrida de aquel chico me seria imposible.

- El otro día te enseñe a hablar con la boca llena de piti, enséñaselo a mis amigos, responde otra vez - dijo Marcos.

Obviamente no podía decir una palabra que se entendiera, solo salían sonidos como... "¡Hummm..slurp..slurp..!Zi..enfendido..grumpf…slurp..chuips..chups..slurp"

- Jajajaja, es genial - dijo Jorge, como si fuera parte de un espectáculo circense.

- Voy a tomar una foto, me encanta ver a la mama de César de rodillas con la polla de Juanda en la boca, jajaja - dijo Manuel

- Nada de fotos, no vaya a verla quien no debe y se nos acabe el juego de la puta, nada de fotos - Marcos lo paro en seco. Al menos en esa ocasión  me había librado de una humillación mayor.

- Me encantaría ensartarla - dijo Juanda

- Tranquilo que ya te la cogerás, pero no hoy, ya te enseñaré lo bueno que es chingarle el coño a una casada - dijo Marcos

- Su esposo tendría que estarnos agradecido por cuidar de su mujer mientras el no está - dijo Jorge

Mientras todos seguían jalando y jugando con sus miembros y hacían sonidos con su boca, como salivando, les dije:  "Slurp slurp glubs ahhh humm pod favod…Zandaa…iros ya…efto ef demafiadoooo….slurp…mi ejpozo…puejde…venig en cualquier mojment"-suplicaba yo sin sacarme la polla de Juanda de la boca.

- Tu sigue chupando, cuánto antes hagas tu trabajo y nos dejes las pelotas vacías antes nos iremos - dijo Manuel.

Desesperada seguí chupando mas rápido y profundamente la polla de Juanda para terminar con tel de una vez, unos segundos después comenzó a correrse dentro de mi boca, su semen inundó mi boca y yo tuve que tragar para no ahogarme, Juanda se movió y su verga salió de mi boca mientras seguía eyaculando, de ese modo también se corrió directamente sobre mi rostro.

Los chorros de esperma se estrellaban uno tras otro contra mi cara, con los ojos cerrados esperé a que Juanda terminara de correrse.

- Muy bien chupapollas, ahora a por el siguiente - me dijo Marcos.

Iba a ir a por Manuel, que era el que tenía mas cerca pero él me detuvo...

- Carajo, cabrón límpiale la cara, no quiero que me la chupe con tus mecos en su cara...

- Jajajaja, que delicado eres Manuel - dijo Juanda

En vez de coger una servilleta de las que había traído con el café el cerdo de Juanda siempre con sus depravadas ideas cogió una galleta y con ella juntó el semen de mi cara, luego me la ofreció para comer diciéndome: "Venga come, que tiene vitaminas, jajaja”

Marcos me golpeó en la cabeza obligándome a abrir la boca y comerme esa galleta llena de semen, casi vomito del asco que sentí al tragar aquello.

Luego me arrastré dócilmente hasta Manuel, abrí la boca y engullí esa verga que él ya agitaba contra mi cara, y así, nuevamente estaba chupando.

- Muy bien, chupa chupa - me animaba Jorge.

Yo chupaba sin parar sintiendo la verga de Manuel rozar mi campanilla. Por suerte, pronto no pudo resistir más y se corrió brutalmente dentro de mi boca, para evitar lo de la galleta otra vez agarré la polla de Manuel con ambas manos para impedir que saliera de mi boca y tragué toda la leche que salía de ahí.

Sin esperar orden alguna de Marcos me fuí hacia Jorge y me metí su verga en la boca.

- Muy bien, mi perra ya es muy obediente, seguro que tienes el coño mojado, se que estas gozando chupando mi verga y la de mis amigos, pero todavía eres una putilla tímida y no lo reconoces- decía Marcos y yo seguía chupando sin decir nada.

- Anda Maribel, métete un dedo en la pucha - me dijo Juanda

No hice nada así que Marcos me dijo

- O te lo metes tú o dejo que Juanda te meta otra cosa en el culo...

Bajé mi mano hasta mi cintura y la metí entre el elástico del pantalón y las bragas hasta mi coño donde me introduje un dedo.

La verga, que me había gustado, la de Jorge se hinchó al máximo y explotó violentamente llenándome la garganta con ríos de semen caliente, a pesar de la abundante cantidad conseguí tragarlo todo.

Sin perder un segundo me metí la polla de Marcos en la boca y empecé a chuparla, al menos conseguí sacar mi dedo de mi interior y que no volvieran a pedirme que me masturbara.

- Todavía tiene sed - dijo Manuel

Yo chupaba tan rápido que la saliva se escapaba por la comisura de mis labios y pronto tuve que detener mis rápidas acometidas para con mi lengua con restos de semen lamer mis labios y recoger la saliva.

- Chupa, Chupa, Chupa, Chupa

Decían todos a coro con cuidado de no hablar demasiado alto, mi hijo parecía haberse calmado con la visita del flaco y los medicamentos que el médico le habían recetado.

- Métete la polla de Jorge en la boca, ya noté que te gustó - me pidió Marcos, yo me saqué la polla de Marcos de la boca, pero éste me detuvo y dijo: “No, así no, a la vez, quiero ver las dos pollas dentro de tu boca a la vez”

- Vamos chupapollas, seguro que puedes hacerlo - me dijo Jorge.

Cada día que pasaba Marcos me obligaba a llevar mi cuerpo y mi voluntad al limite, las humillaciones no tenían fin. Cogí las dos pollas y me las metí en la boca como pude, solo conseguí meter en ella las cabezas de ambas vergas, por suerte no eran las mas gruesas y forzando la mandíbula logré meterme aquellas dos pollas un poco mas en la boca, de ese modo no podía chupar, solo mover la lengua lamiendo los glandes de aquellos dos jóvenes.

- Muy bien, ya sabía yo que podías, jajaja, eres la mejor de las putas - dijo Marcos

- ¿Y por que no tres? - dijo Manuel, quién ya tenía la polla otra vez lo bastante dura como para levantarse y ponerse junto a sus amigos con la intención de meterme una tercera verga en la boca, ese cerdo no tenía límites para su depravación, lo intentó pero pronto vio que era imposible, con las de Marcos y Jorge en mi boca yo no podía abrirla mas y Manuel solo pudo restregar su pene por mis mejillas.

Los dos miembros aprisionados en el interior de mi boca se aplastaban el uno contra el otro, mi lengua lamía sus glandes a toda velocidad, pronto sus pitos se hincharon, yo sabía que iba a recibir dos corridas casi instantáneas a la vez y así fue…

Eyacularon, su semen inundó mi boca y mi garganta por completo, tragué mas semen del que habría podido imaginar pero los chorros eran tantos y tan rápidos que pronto tuve una arcada, me ahogué y sentía vomitar.

Mi mano izquierda estaba apoyada en el muslo de Jorge y la derecha en el muslo de Marcos, ellos tenían las manos entrelazadas en su espalda así que como nadie las sujetaba sus pollas al ahogarme y toser salieron de mi boca y lanzaron sus últimos chorros a diestro y siniestro manchando mi pelo y mi cara, así como mi camiseta.

- Ahora recoge la merienda y límpiate la cara - ordenó Marcos.

Yo me llevé el café y las galletas a la cocina, me limpié la cara y el pelo como pude con papel en la cocina y sin que me vieran fuí a mi habitación y esperé 10 minutos, estaba esperando que tal vez se fueran de una vez, pero al volver al salón supe que me había vuelto a equivocar.

- ¿Dónde chingados estabas?…has tardado mucho en ir a la cocina y volver, ¿estabas perdiendo el tiempo para ver si nos largábamos?, pues por lista has dejado pasar tanto tiempo que ya estamos otra vez preparados.

- Dijiste que cuando vaciara sus huevos se irían -  comenzaba a sorprenderme de mi uso cada vez mas soez del lenguaje

- Si, pero has tardado tanto que los huevos se han vuelto a llenar, es lo que tiene la juventud, jajaja” dijo Manuel.

- Tranquila que no te vamos a hacer comer mas, supongo que ya estarás llena, pero una corrida general da mucha calentura, así que ponte de rodillas en el centro de la sala, que nos vamos a pajear y correr todos en tu boquita - dijo Jorge

Me arrodillé en el centro del salón y ellos hicieron un semicírculo

- Ahora abre la boca y saca la lengua.

Marcos les hizo un gesto a sus amigos y como seguían con los pantalones bajados solo tuvieron que llevar sus manos a sus penes y comenzar a pajearse rápidamente, eran incansables y desde luego se ponían cachondos con nada, no necesitaban mucha estimulación para conseguir correrse cuando querían.

Las pollas de los amigos de mi hijo cada vez estaban mas duras y tardaron un par de minutos en alcanzar su máximo punto, yo me mantenía en el centro de rodillas con la boca abierta y la lengua fuera como Marcos me había ordenado. Pero no cerré los ojos, ese espectáculo me atrapó... Ver 4 penes ponerse duros, haciéndose grandes me puso cachondísima y se me notaba en la mirada, así es que pronto, la verga de Juanda disparó, arrimándose mucho a mi consiguió depositar toda su carga en mi boca, yo tragué.

 - He ganado, todo dentro - dijo Juanda

- Eres un eyaculador precoz - le dijo Marcos

- Tengo una idea, Maribel, muévete arriba y abajo moviendo tus grandes tetas con las manos pero manteniendo la boca abierta y la lengua fuera - dijo Jorge.

- Buena idea cabrón - dijo Manuel

Yo hice lo que Jorge me había pedido, ese cabrón era el peor de todos, casi peor que Marcos, su mente no paraba de tramar ideas para humillarme, pero algo pasaba en mi, creo comenzaba a gustarme.

Los chorros de esperma de Manuel pronto empezaron a caer, uno tras otro, de esa forma era mas difícil acertar y de los 3 disparos que pude contar solo uno de ellos entró en mi boca, otro me golpeó en la frente y otro en la nariz.

- Uyyyyyyyy, casi, pero has fallado -dijo Marcos

- Vamos mami, menea ese cuerpo - me dijo Jorge

 - Alla voy - dijo Marcos

Y un chorro espeso de semen se estrelló en mi paladar, luego otro también entró en mi boca y el último se estrelló en mi lengua.

- Toma, vaya puntería tengo - decía Marcos.

Mi cara comenzaba a escurrir semen, ya sólo faltaba Jorge, era un auténtico macho, a diferencia de sus amigos, su corrida seguía teniendo la misma fuerza y potencia, seis chorros impactaron por toda mi cara, en el ojo, la barbilla, la nariz, la frente, la oreja y el último en mi paladar.

- Ni hablar hombre, muchas balas pero poca puntería - dijo Manuel entre burlas y risas de todos.

- ¿Quién te dice a ti que yo estaba apuntando a su boca?, quería ver otra vez su cara llena de semen, jajaja - dijo Jorge.

Se subieron los pantalones y yo me limpié la cara con las servilletas de la merienda que no había terminado de recoger.

- Bueno, pues nos largamos, recuerda que pasado pronto es el cumpleaños de tu hijo. - recordó Marcos.

- No sé si estaremos aquí para entonces -le dije

- Tranquila, así será - me dijo Marcos

Parece que no había forma de que me librara de aquella celebración.

Se pasaron al cuarto de mi hijo a despedirse y se dirigieron a la puerta y yo detrás de ella, justo entonces se escucharon unas llaves y mi esposo abrió la puerta.

- ¡Carajo! - dijo mi esposo.

-Hola, buenas noches, usted debe ser Enrique - dijo Marcos

Yo todavía llevaba en la mano las dos servilletas que había usado para limpiarme todo el semen que había tenido en la cara minutos antes, si aquellos hijos de perra hubieran tardado unos minutos más, mi esposo lo habría descubierto todo, tal vez habría sido una liberación pero parecía que la suerte sonreía a aquellos cabrones.

- Si, así es y tu eres…?

- Marcos, el es Jorge, Manuel , Flaco y Juanda, somos amigos de su hijo y le hemos traído los apuntes.

- Vaya, sus famosos amigos, no deja de hablar de ustedes desde hace semanas, ya era hora de que tuviera una pandilla, espero que mi esposa les haya ofrecido algo.

Tranquilo, pensé yo, que les he ofrecido mi boca para que vaciaran sus testículos, que más podían pedir.

- Si, si, por supuesto, Maribel es una mujer muy amable, hemos tomado café con leche y galletas, las galletas por cierto estaban muy buenas, ¿verdad Maribel?- dijo Jorge mientras sonreía irónicamente a espaldas de mi esposo.

- Si, deliciosas - no pude decir otra cosa.

- Me alegro hijos, ya saben que mi casa es su casa, además me alegra que mi esposa no está tanto tiempo sola, yo trabajo mucho y si vienen a ver a César también le hacen un poco de compañía a mi hermosa Maribel

- Si tu supieras, pensé yo…

- Bueno Enrique, un placer conocerle, pero ya nos vamos

- Bueno, nos veremos en la fiesta de mi hijo ¿no?, ya me ha dicho que iban a montar algo aquí

No me lo podía creer, les estaba animando a hacer la fiesta, maldito idiota, si supieras que cada vez que estos chicos vienen a casa tu mujer acaba con el estómago lleno de leche y sus agujeros irritados no serías tan amable, al menos me consolaba saber que al parecer mi marido estaría en casa, así Marcos no podría inventar nada horrible.

- Si, así es, de todas formas yo le veré pronto, antes cuando hable con su hijo por teléfono me invitó a dormir en estos días aquí para preparar la fiesta, así que pronto le veré.

- Estupendo hijo, hasta pronto

Todos nos despedimos, yo entré a bañarme y no podía dejar de pensar en la masa de esos pitos, en la fiesta, en lo que podría pasar...de pronto me di cuenta de que aquello me estaba consumiendo por completo, pero no de esa manera anticuada...más bien me iba quitando de a poco los prejuicios.



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