Los amigos de mi hijo 8

LOS AMIGOS DE MI HIJO

VIII LA FIESTA DE CUMPLEAÑOS

Era el día de la fiesta de cumpleaños de mi hijo César, el día en que cumplía 18 años; y ahí, en la sala, estábamos... Marcos, Jorge, quién nos acabábamos de enterar era en medio hermano de Marcos, mi esposo y yo. Enrique sin dejar de mirar a Marcos, Jorge con un tono de odio y rencor en sus palabras, Marcos mirándome y yo hecha una estúpida sin saber lo que estaba pasando.

- Bueno, ¿alguien podrá decirme de una vez qué es lo que está pasando? - dije mirando a todos.

- Jajaja no lo adivinas, ¿acaso eres tonta Maribel? - respondió Jorge y añadió - Enrique tiene que decirte algo y más vale que sea ahora, antes de que despierte el pequeñín de César.

Enrique volteó a mirarme, se llevó las manos a la cabeza y sus ojos se llenaron de lágrimas, con la voz entrecortada me dijo ..."Maribel, perdóname, Marcos es mi hijo, soy yo el canalla que engañó a su madre hace unos años. Yo le prometí que me casaría con ella cuando se divorciara del padre de Jorge, pero ya estaba comprometido contigo, yo te amaba a ti pero ella me volvía loco y la deseaba mucho. Perdón."

- ¿Qué, pero de qué hablas Enrique? ¡¿Cómo pudiste?!

Jorge abrazaba a Marcos y me dijo "lo ves zorra, mi carnal te prometió un regalo para tu hijo el día de su cumpleaños, ¿recuerdas? Te dijo que le daría un hermanito. ¡Aquí lo tienes!"

- No le hables así a mi esposa, te advierto que...

- Jajaja, ¿quieres salvar su reputa-ción?, Es hora de que te enteres Enrique, tu nuevo "hijo" ha hecho con tu mujer todo, y hasta más, de lo que tú hiciste con nuestra madre.
Preparamos está venganza desde hace años y, gracias a César, tu mujer se nos puso en charola de plata.
Tu mujer es toda una golfa, se ha metido con todos los amigos de tu hijo y con tus amigos Carlos y Gerardo, tú no sabes por todo lo que Marcos hizo pasar a Maribel y ella respondía feliz a cada encuentro...

Enrique se llenó de ira y les dijo ..."¡Hijos de puta! Les advierto a los dos que si no salen ahora mismo de mi casa los mataré a golpes"

- Tú no eres nadie para advertir nada. Si no quieren que le contemos a César de lo que ha pasado aquí y le mostremos los videos que le tomamos a Maribel de todas sus andanzas a todos sus vecinos y familiares, deberán hacer todo lo que les ordenemos. No es tan difícil; tú, "papá" deberás estar atento de lo mucho que nos divertiremos con tu esposa y además, tendrán que mantener ebrio y drogado a "mi hermanito", claro, si es que no desean que se entere de todo lo que sucederá en la fiesta. - dijo Marcos con ese garbo que lo caracteriza, digno hijo de su padre.

No necesitamos responder, estábamos atados, no sabía de esos vídeos, no quería que mi hijo supiera; mis vecinos, mi familia. Y pensar que todo ésto fue a causa de la traición de Enrique.

- ¿Qué pasa, porque están tan sospechosos, jeje? Ah claro, están preparando una sorpresa para mi fiesta, ¿verdad? - era César. Todos volteamos sorprendidos, no pensamos que despertaría tan temprano.

- Nada mi hermano, sólo preparando la fiesta con tus padres - dijo Marcos.

- Ah, Espérenme. Sólo me lavaré los dientes y vengo con ustedes para ayudar.

- ¡Felicidades campeón!

- Gracias papá

Desde que mi hijo había comenzado a tener amigos la relación son su padre había cambiado, ahora se llevaban mucho mejor. Desgraciadamente todo se estaba derrumbando.

- Ni una palabra de ésto a mi hijo, por favor - les dije

- De ti depende gatita, hagan lo que les decimos y actúen normal, no queremos que "mi hermanito" se de cuenta, ¿o si? - me dijo Marcos mientras acariciaba mi espalda y me hacía estremecer.

Al salir mi hijo del baño, preparé café para desayunar. Mi hijo estaba tan emocionado y Jorge lo motivaba con sus planes.

Cuando terminamos de desayunar yo recogía la cocina, Marcos se ofreció a ayudarme y aunque yo traté de que no lo hiciera él no dejaba de insistir.

- Maribel, tengo que ayudarte, es lo menos que puedo hacer después de dormir aquí.

Como yo ya imaginaba Marcos no tenía ninguna intención de ayudarme a limpiar la cocina ni a recoger la mesa, mientras yo enjuagaba los platos él se puso detrás de mi y, metiendo sus manos por debajo de mi camiseta me toqueteaba las tetas. Yo metía los vasos y platos en el lavavajillas y él restregaba su miembro fuera del pantalón por mi trasero.

Yo no me había negado a nada, cada vez me hacía más a la idea de que no tenía escapatoria y de que terminaría haciendo todo lo que Jorge y él ya habían planeado, así que era mejor hacerlo, antes que arriesgarse a enfadarlos y que fuera peor.

Cuando terminé de limpiar me lavé las manos en el fregadero, iba a salir de la cocina cuando Marcos me obligó a arrodillarme con la espalda apoyada en el mueble bajo el fregadero, él se acercó a mi y sacando su pene por encima del pantalón me lo metió en la boca.

Agarró mis manos y las apoyó en el fregadero para que yo no pudiera echar su cuerpo hacia atrás y en esa posición continuó, primero despacio para después acelerar el ritmo, su miembro entraba tanto que notaba sus huevos chocar con mi barbilla.

Mi garganta se había acostumbrado al tamaño de la verga de Marcos después de tantas mamadas y la verdad es que ya no me costaba casi nada tragármela hasta la empuñadura una y otra vez.

- MARCOS, VOY A PREPARARME UNA COPA, ¿QUIERES TU UNA? - grito mi esposo desde el salón

- VALE ENRIQUE - dijo Marcos sin molestarse en dejar de cogerme la boca.

- CUANDO TERMINES EN LA COCINA, TRAE UNOS HIELOS, POR FAVOR, NO TARDES. - mi esposo sabía perfectamente lo que estaba pasando.

- TRANQUILO ENRIQUE QUE AHORA MISMO VOY

En ese instante Marcos me la clavó hasta el fondo de la garganta y comenzó a descargar sus huevos, la leche bajó directamente a mi garganta, en 42 años jamás me había tragado la corrida de un hombre y en el último mes tenía el estómago lleno de ellas.

Marcos me la sacó de la boca y viendo que aún quedaba una gota de semen en la punta de su polla me ordenó lamerla, yo lo hice.

Cuando terminó, abrió el congelador y tomó la charola de hielos para llevarla a la sala.

- Yo tomo whisky, ¿ustedes?

- Por mí está bien - dijo Marcos

- Lo mismo que tu Enrique y tu César ¿qué bebes? - preguntó Jorge.

- A mi no me gusta el alcohol - dijo mi hijo

- Venga hombre, que ya eres mayor de edad, tómate una copa con tu padre - le dijo mi esposo

- Esta bien, tomaré lo mismo

A mi hijo no le gustaba el alcohol pero cedió a las presiones de su padre y se tomó una copa con él y los bastardos de Marcos y Jorge

- ¿Tu no quieres nada Maribel? - me preguntó mi esposo.

- No, yo me voy a la cocina a prepararme un café

- Si quieres te ayudo Maribel, ¿lo tomas con leche? - el cabrón de Jorge se hacía el chistoso.

- No, tranquilo, quédate aquí, ya me lo preparo yo.

Durante la tarde, fueron a comprar lo que cenarían los invitados, estuvieron organizando los muebles, la música y adornando la casa.

- Al parecer, Marcos había invitado a la gente a las 22:00 hrs. de la noche, mi hijo estaba como loco esperando que llegaran sus amigos, si el pobre supiera…

A eso de las 20:00 hrs. mi esposo tuvo una idea genial, una idea que creí que me salvaría de la maldita fiesta... "Maribel, ¿te parece que vayamos a cenar y dejemos a los chicos divertirse un rato solos?

- ¡Es una estupenda idea cariño!

Marcos no tenía la misma opinión y dijo: “Pero…no se vayan, si no hay ningún problema en que estén en la fiesta”

- Tranquilo Marcos, yo también he tenido su edad y se que en este tipo de fiestas sobran los rucos como nosotros.

Yo estaba segura de que en esa ocasión me iba a librar, que Marcos no podría convencer a mi esposo pero Jorge tenía un as en la manga... "Si lo desean, adelante, así tendremos tiempo de jugar a verdad o reto" decía esto en tono sarcástico y abrazando a mi hijo.

- Bueno es que, además… era una sorpresa para César pero el caso es que no se pueden ir porque va a venir Sheila, la novia de César y yo pensaba que sería un buen momento para que la conocieran - dijo Marcos.

- Vaya, así que su novia, siendo así… - dijo mi esposo

- Pero Marcos, ¿va a venir Sheila?, me dijo que no podía - decía mi hijo

- Ya, pero era parte de la sorpresa, le pedí que te dijera que no podía venir para que luego te alegraras al verla aquí.

- Bueno pues entonces me voy a duchar y a poner otra cosa mas presentable - dijo mi esposo

Cuando mi esposo se fue Marcos le dijo a mi hijo que él también se pusiera guapo para sorprender a Sheila, mi hijo se fue corriendo a su habitación para elegir la ropa que iba a ponerse, me quedé a solas con Marcos y Jorge y, desde allí podíamos escuchar a mi hijo en su habitación abriendo y cerrando los armarios mientras mi esposo ya estaba en la ducha.

Marcos que estaba sentado en el sillón y Jorge estaba de pie junto a mi, dejaron sus copas en la mesa y Marcos me ordenó acercarme, se bajó los pantalones y comenzó a menearse la verga delante de mi, cuando se le puso dura me dijo…“Bájate los pantalones y siéntate aquí”

- Mi hijo puede…

- ¡Que te sientes chinga! tu hijo está controlado - me decía Jorge al oído. Me bajó los pantalones y las braguitas y me pegaba su miembro firme bajo su pants. Me acercaba y me sentó poco a poco en el miembro de Marcos, mientras me daba cachetaditas y me besaba y mordía mis labios y mejillas.

Cuando me tuvo bien clavada, Marcos comenzó a hablar....“Así que te querías ir a cenar con el cornudo Maribel, que bonito, mira que quererte perder la fiesta de cumpleaños de tu hijo, te has pasado de lista Maribel, has vuelto a querer pasarte de lista así que ahora…”

Me sujetó los brazos por detrás inmovilizándome por completo

- Ahora vamos a esperar aquí a que venga tu hijo para que te vea comiéndote mi verga

- No, no por favor, lo siento mucho, lo siento, no volveré a…

Marcos no me soltaba y yo no podía soltarme por mi misma, escuché a mi hijo cerrar el armario y comenzar a andar por el pasillo, nos iba a cachar. El día de su cumpleaños mi pobre hijo se iba a encontrar a su madre con el miembro de su medio hermano enterrado en las entrañas y su amigo jugando con mis tetas; pensé que todo acabaría, que sería el final de todo, pero un poco antes de que mi hijo llegara Marcos me soltó y Jorge me ayudó a levantarme de inmediato.

Me subí los pantalones al mismo tiempo que lo hacía Marcos, justo en ese momento entró mi hijo César, se había vestido...“Mejor ponte otra camisa”, le dijo Marcos.

César siempre hacía en caso en todo a su "amigo" así que ni se molestó en esperar a que yo le diera mi opinión y se volvió a ir a su habitación, nada más irse Marcos cogió su copa y me dijo... “No te creas que esto va a quedar así, te has vuelto a pasar de lista y tendré que castigarte, si te he soltado es porque he preparado una gran fiesta y no quiero estropearla, cuando termine mi padre, te vas a ir a la ducha y vas a limpiar tus agujeritos, luego te vas  a poner algo bonito que ya preparé para ti y por supuesto sin calzones, ni brasier”.

Cuando entré en la habitación después de bañarme vi la ropa sobre mi cama, Marcos había elegido una pequeña minifalda de color rojo y una blusa de tirantes con pedrería que hacía años que no me ponía porque me estaba un poco ajustada, también unos zapatos de tacón de aguja, los únicos que tenía de ese tipo, por cierto.

Mientras me arreglaba Jorge y Marcos se bañaron y se arreglaron en mi casa.

Todos estaban en la sala esperando a los invitados y yo salí del cuarto, al llegar con ellos, todos, incluso Enrique, me miraron de manera lasciva. Mi hijo solo pudo decir... "Vaya mamá, que bien se te ve esa blusa"

Poco después de las 22:00 horas, llamaron a casa, yo estaba temblando con solo pensar lo que esa fiesta podía depararnos y sobre todo…depararme.

Cuando todos entraron en casa, eran como 20 chicos y chicas, y pude reconocer al flaco, que por cierto, ese día supe su nombre Alberto, también estaba Juanda, y  Manuel el tatuador que me había echo la M en mi pubis y que al parecer desde mi visita a su estudio se había echo amigo de mi hijo, de los últimos en entrar estaba una chica rubia de baja estatura, era delgadita y con pechos pequeños y bastante linda.

Todos se fueron presentando, saludaban a mi hijo y lo felicitaban, después saludaron a mi esposo y luego a mi, el saludo fue normal en todos, excepto Juanda que además aprovechó para tocarme el culo por encima de la falda.

Sheila no se presentó, fue mi hijo quién le dió un beso y dándole la mano nos la presentó a mi esposo y a mi, la chica tenía una voz dulce.

Llevaban varias bolsas con comida y bebida así como varios regalos, también un pastel de chocolate que llevaba Juanda, Alberto también dejó en la mesa una tableta digital.

Marcos puso música y todo el mundo comenzó a charlar, a bailar, a comer y a beber, todo el mundo menos yo que, por supuesto seguía muerta de miedo y no me entraba nada en el estómago.

- Maribel, voy a guardar el pastel en el refrigerador hasta la hora de partirlo para el postre - dijo Juanda

Él no sabía dónde estaba la cocina o al menos eso dijo así que tuve que acompañarle, en cuanto dejó el pastel me empujó contra el fregadero y me dió la vuelta.

- ¿Qué…qué haces?

- Te voy a coger puta, todos llevamos esperando esta fiesta desde hace días, no pensarías que era por tu hijo por lo que veníamos, hemos venido porque Marcos nos ha dicho que hoy nos va a dejar probarte y de hecho quiere que te demos en todas las habitaciones de la casa, sin saltarnos ninguna, no veas que tengo ganas de metértela en esa panocha jugosa después de la mamada del otro día.

Por fin el plan de Marcos se había revelado, sabía que la fiesta sería horrible para mi y lo que Juanda me había contado lo confirmaba.

- Mi familia esta aquí, pueden…

- Menos historias Maribel, empínate bien.

No me dejó contestar, subió mi pequeña falda sobre mi cintura dejando mi trasero expuesto, ya comprendía porque Marcos me había elegido esa ropa y porque me había pedido que no llevara bragas, así sería mas fácil y rápido para sus amigos cuando quisieran metérmela.

Juanda se bajó el cierre de los jeans y sacó su miembro, lo golpeó varias veces contra mis nalgas y pude sentir como se iba poniendo duro, pronto comencé a sentir su glande avanzar entre mis labios vaginales.

- Toma puta, este cochito es mejor de lo que me habría imaginado.

Me sujetó las caderas y sacó su miembro para luego volverla a hundir de un sólo golpe en el fondo de mi.

- Te voy a reventar, mira que eres golfa, aquí follando con un amigo de tu hijo en el día de su cumpleaños

Comenzó a bombear como un salvaje levantándome del suelo con cada embestida. Me decía una y otra vez con una voz demasiado excitada...“Te voy a llenar de leche”

Nada mas decir ésto, comenzó a darme con mas fuerza, como si le fuera la vida en ello, por suerte no aguantó más que unos minutos así, yo ni siquiera traté de pedirle que no se corriera en mi, sabía que no serviría de nada.

- ¡Ahrg, si, tómala toda, te voy a preñar, quiero darle un hermanito a César!

Aquellos cerdos parecían estar obsesionados con darle un hermano a mi hijo, supongo que no habría nada que pudiera ser mas humillante.

Cuando sentí que había terminado de correrse, me la saco, se subió la cremallera del pantalón y me bajó la falda sin dejar limpiarme, me dió una nalgada y me dijo...“Ya tienes el depósito lleno, vamos a la fiesta”

Cuando llegué nadie parecía haberse dado cuenta de nuestra ausencia, y sin mas Juanda dijo en voz alta...“COCINA”. No entendía aquello pero el resto sonría mientras bailaban o tomaban.

Mi esposo me miraba con vergüenza y algo de irá; mi hijo estaba muy alegre y distraído, se había dejado llevar por su padre y sus amigos.

Yo me senté en el sofá, sentía como se escurría el semen de Juanda por mis piernas y en esa posición podía evitar que nadie se diera cuenta, con una servilleta de papel pude limpiarme un pequeño reguero que había bajado hasta la parte de atrás de mi rodilla derecha.

Antonio quería ir al baño y me pidió que le acompañara porque no sabía dónde quedaba, pensé que tenía la misma intención que Juanda, así que le dije que estaba al fondo del pasillo pero a los pocos segundos gritó desde el pasillo...“MARIBEL NO LO ENCUENTRO”

El imbécil de Jorge me miraba con desdén y me dijo...“Anda Maribel ve y dile dónde está el baño o...”

- Está bien, está bien - le dije al levantarme casi de inmediato, cuando llegué al baño efectivamente, Alberto estaba dentro con los pantalones y los calzoncillos en los tobillos y masturbándose, me dijo con voz traviesa...“¿Creías que te ibas a librar putilla?”

Cerró la puerta con el pestillo, me subió la falda como había hecho Juanda y me subió encima del lavabo del baño, me quitó la camiseta y la dejó en el suelo.

- Ya era hora de probar tus otras habilidades además de la de mamar, agira te voy a dar por el culo perrita

Era una posición complicada para entrar en mi culo pero Alberto logró situarme al borde del lavabo con piernas colgando a ambos lados y mi culito justo asomándose en el borde, metió su cabeza entre mis tetas y comenzó a comérmelas al tiempo que situaba la punta de su pene en mi ano. Lentamente pero sin parar, fue introduciendo su miembro dentro de mi culo.

- Se nota que últimamente te están dando bien por el culo, no me está costando mucho entrar - decía levantando la cabeza de mis tetas.

Pronto comenzó a embestir dentro de mi culo, mis piernas abiertas estaban colgando y las puntas de mis tacones rozaban contra el suelo del baño.

- Puff, vaya ganas que tenía de que llegara el cumpleaños de tu hijo para darte por el culo

Desde luego que tenía ganas, embestía con fuerza y por un momento pensé que el lavabo cedería a mi peso y a sus embestidas, tenía tantas ganas de follar mi culo que no aguantó más de 5 minutos.

Sentí los chorros de leche estrellarse en mi esfínter, Alberto me la sacó del culo, se limpió con mi blusa y se subió los pantalones.

Ponte tu blusa de puta y límpiate el culo para recibir al siguiente. Salió del baño, y yo volví a ponerme la camiseta, por suerte no tenía mas que una pequeña mancha de semen que quité con agua, me limpie el culo para no sentir la indignidad de volver a sentir el semen corriendo por mis muslos, me bajé la falda y escuché gritar a Alberto "BAÑO".

Yo volví a la fiesta, tenía la boca seca y tomé un par de cervezas. Mi hijo estaba feliz y mi marido empezaba a beber más. Ví que bailaba con una jovencita morena, de unos 23 años, unas nalgas hermosas y redondas, pocas tetas pero muy firmes.

Eso me enceló, me enfureció. Me dirigí hacia él para reclamarle, pero no pude llegar ya que Jorge me interceptó y dijo ... “Oye César, Marcos me contó de tu colección de gorras, ¿puedo verlas?"

Mi hijo bailaba con Sheila y le preguntó, "¿sabes dónde esta mi habitación?”

- No pero no te preocupes, sigue bailando que tu madre me acompaña

No hubo tiempo para réplicas, yo lo acompañé a la habitación de mi hijo, el encendió el ordenador y pronto pude ver el salón de mi casa con mi hijo bailando con Sheila y mi esposo con la morena.

- ¿Qué carajo, que es todo eso?

- ¿No te lo ha dicho Marcos?, ha puesto unas micro cámaras por toda la casa, así podemos controlar a tu hijo, no querrás que salga de la fiesta sin que podamos verlo y te vea jadeando como una perra o siendo enculada ¿no?

En ese momento entendí porqué el cabrón de Marcos y Jorge decían “preparar la fiesta”, no sé como se las habrían inheniado con mi hijo en casa para instalar las cámaras pero lo tenían todo bien atado.

Jorge agarró una de las gorras de mi hijo y me la puso con la visera hacia atrás, estilo rapero.

- Aún recuerdo como se la chupaste a Marcos con esta gorra y también te dió por el culo, no tienes idea de como quiero sentir mi verga en tu boca, pero está vez solo tú y yo.

Jorge se baja la bragueta de su pantalón, su miembro está flácido y descansa sobre su mulso

Yo alargué mi mano y comencé a menear su miembro rítmicamente, de manera mecánica, no es la primera polla que pajeo en los últimos días así que lo hago como una autómata, como un robot sin vida. Yo sigo masturbándolo suavemente mientras él comienza a acariciarme el cabello que sobresale por los lados de la gorra.

Ahora su verga está lo bastante dura y yo se lo que Jorge quiere, me inclino hacia adelante y me meto su miembro en la boca.

- Ver en a tu esposo mientras me la chupas es la gloria, y mira ¡qué el ruco es también un don Juan! - dice Jorge mirando la pantalla del ordenador donde se puede a Enrique abrazando a la morenita y besándola en el cuello.

Estoy paralizada del coraje...ahora, yo no me limito a mamársela a Jorge, en los últimos días he hecho tantas mamadas que no puedo evitar hacerlo bien, recorría el glande de Jorge con mi lengua, le chupaba el tronco e incluso le chupé a conciencia sus pelotas sin que él me lo pidiera, me había convertido en una ramera que sabía lo que esos chicos querían de mi.

Ahora veo que sí mi esposo es capaz de disfrutar de esta situación, lo haría yo también.

Mi cabeza subía y bajaba, haciendo desaparecer completamente su miembro en mi boca cada vez que mi cabeza bajaba con su mano apoyada en mi nuca.

- Tengo que decirte que haces unas mamadas de escándalo, muchas deberían aprender de ti

Yo continuo chupando la cabeza de su pene sin decir nada, así que Jorge me hace engullir su miembro hasta la mitad y me dice...“¿No me agradeces el cumplido?”

 - Ghjaciaj - digo con la boca llena de pito

Los gemidos de Jorge aumentan, más y más, está cerca del orgasmo y yo quiero terminar aquello cuanto antes así que me la saco de la boca y comienzo a masturbarle muy deprisa.

- ¿Quieres que me corra ya puta?

- Si, córrete de una puta vez - le contesto encarándolo

Jorge se rie, yo sigo masturbándole mientras, ahora muevo mi lengua alrededor de su glande para hacerle terminar ya.

- ¿Sabes con lo único con lo que me quedé con ganas el otro día Maribel?

- No

- Pues me quedé con ganas de correrme en tu boca, así que ya sabes…y quiero que me mires a los ojos mientras lo haces

Jorge se lleva las manos a la espalda y espera que cumpla con lo que acaba de ordenarme, odio a ese cabron. Abro la boca y me la trago entera, la chupo sin parar hasta que me la saco de la boca otra vez y mirándolo a los ojos sigo pajeándolo frente a mi boca abierta, todo lo que puedo abrirla.

Pronto su gemido me indica que ya está, un chorro de semen cae en mi lengua, otro en mi garganta, yo sigo mirándole a los ojos sin inmutarme y sacudiendo su polla, me es complicado apuntar y un par de chorros se estrellan en mi cara.

Un último chorro entra en mi boca, Jorge mueve sus manos y me agarra de la cabeza haciendo que me trague su pene obligándome a tragar el semen que tenia en la lengua y a tragar lo que todavía sale de él.

- Muy bien, te lo has tragado todo como una niña buena, pero te has manchado un poco la cara, tranquila que yo te limpio

Me quita la gorra y la restriega por mi cara limpiándome con ella al tiempo que dice ... “No querrás que tu hijo y los invitados te vean con la cara llena de mi leche ¿o si?”

Luego deja la gorra de donde la había cojido y yo me levanto del suelo estirando mi faldita y mi camiseta, él sale de la habitación y grita “HABITACION DE CÉSAR”

Mi hijo al escucharlo dice “¿Como?”

- Nada, que digo que tu habitación está muy chula y tu colección de gorras también, tu madre me las ha enseñado todas

- Me alegro que te hayan gustado - dice mi hijo que no sabe que lo que le ha gustado de verdad a Jorge es meterle la verga en la boca a su madre y correrse ahí.

Yo ya entiendo lo que pasa, al igual que Juanda y Alberto después de follarme, están diciendo los nombres de las habitaciones para que el resto sepan dónde ya me la han metido y puedan ir a otras habitaciones.

Salgo nuevamente a la fiesta y me acerco a Enrique, el ya está ebrio y le reclamo su comportamiento, y lo único que se le ocurrió decirme fue "tú te has divertido con todos estos jóvenes ¿no?, Pues ahora es mi turno "GATITA"

Mi hijo estaba cerca y al igual que su padre, ebrio, pero pudo notar que discutíamos.

- ¿qué pasa mamá? ¿Porqué pelean en mi fiesta?

Le digo que no es nada, que siga divirtiéndose.

Marcos bailaba y manoseaba a otra niña pelirroja. Cuando César se fue a bailar con su novia, Marcos me dijo ... "El alcohol no será suficiente para 'dormir' a mi hermanito. Tendrás que darle ésto."

Me dió unos plásticos parecidos a las láminas bucales y unas pastillas rojas y verdes. Por Dios, debo drogar a mi hijo antes de que se de cuenta de todo lo que está pasando.

Aún tengo el sabor del semen de Jorge en la boca cuando Manuel se levanta y acercándose a mi me susurra que le acompañe a mi habitación, yo le digo que tengo que darle a mi hijo lo que Marcos me dió, pero no me escucha, así que sin que mi hijo se de cuenta, me tira la copa que lleva en la mano encima de la blusa.

- Uy, perdone Maribel, lo siento mucho

Lo han vuelto a conseguir, tengo que irme a mi habitación y apenas unos segundos después estoy en tetas eligiendo una nueva blusa, la puerta de mi habitación se abre y Manuel entró cerrando la puerta detrás de él, yo me tapé los pechos con mis manos en una reacción natural al verme semidesnuda ante un amigo de mi hijo por muchas veces que ya me hubieran visto el pelotas.

- Jajaja, no jodas que te da vergüenza que te vea las tetas. Enséñame el cocho que quiero ver como va el tatuaje

Yo me subí la falda y mi pubis volvió a estar expuesto ante otro chico aquella noche

- Muy bien, ha cicatrizado perfectamente - dijo mientras pasaba su mano. Lleva el cochito siempre bien depiladito para que se vea bien el tatuaje

- ¿Algo mas? dije yo encarándome con él

- Pues mira si, ponte de rodillas ¿Has visto a mi abuela estos días? - me pregunta aquel cabrón.

- No

- Pues haber si vas a verla que está un poco sola

- Esta bien, iré

Ya no digo nada y me limito a seguir buscando una blusa hasta que él me agarra y me gira bruscamente, me besa en la boca y luego se arrodilla ante mi y me vuelve a remangar la falda, es el cuarto amigo de mi hijo que lo hace en esa maldita fiesta.

Me tira sobre mi cama de matrimonio y me dice... “Espérate a que termine contigo antes de ponerte otra camiseta, no vayas a manchártela también, jajaja.
Mira mi celular para que veas  lo que sucede en la fiesta”

Su celular tenía la misma aplicación que la del ordenador de mi hijo; se quitó los pantalones y los calzoncillos y se tumbó sobre mi, después me dio varios besos cortos en los labios y mirándome me dijo...“¿Por donde te han follado éstos?"

- Juanda por la vagina, Alberto por el culo y Jorge me ha obligado a mamársela

- Jajajaja , nada de obligar, aquí todos sabemos que te encanta chupar pollas, bueno, pues yo te la voy a clavar por la panochita

Me hizo abrir mis piernas y apuntó su pene para ir entrando en mi, lo hacía muy lentamente, retrocediendo cada poco para volver a efectuar un nuevo impulso, cada cual más fácil que el anterior.

Se detuvo en seco cuando nuestros cuerpos encajaron.

- Te gusta sentir mi pito dentro, ¿verdad mamita?

Reanudó sus movimientos y su polla volvió a salir y entrar en mí repetidas veces, acelerando el ritmo mientras decía...“Tu coño es mió ahora Maribel”

Me dijo que Enrique ya había manoseado a otras dos guarrillas en la fiesta, eso me ponía caliente y no sabía porque, ya que moría de celos. Él continuó cogiéndome a buen ritmo, mi cabeza estaba girada hacia un lado para ver la tablet y ver a mi esposo, a mi hijo y a Marcos cuando besaban y se fajaban a las chicas de la fiesta.

- Dime que estamos haciendo Maribel, dímelo

- Estamos cogiendo

- Que te estoy metiendo Maribel, dímelo

- La verga

- Puff, por dónde, dime por dónde te estoy clavando

- Por la panochita.

Abandonó la posición del misionero y se puso de rodillas sobre mi dándome golpes de caderas al tiempo que no dejaba ni un milímetro de mis tetas sin sobar con sus manos.

- ¡Qué ganas tenía de darte Maribel!

Me la clavaba hasta las pelotas y y veía el delicioso faje en la fiesta, él continuaba con su vertiginoso ritmo que teníamos mientras me decía...“Te has portado bien mamita, te voy a dejar elegir donde quieres que me corra”

Dentro de mis posibilidades elegí la mejor opción... “En mis tetas”

Me la sacó y comenzó a pajearse justo cuando Marcos entró en la habitación ... “Cuidado que César y Sheila vienen al baño"

- No me jodas Marcos, estoy a punto de correrme en sus melones

- Venga termina rápido - dijo Marcos saliendo de la habitación

Manuel reanudó su masturbación y en pocos segundos me llenó las tetas de leche

- Toma leche en tus tetotas

Y también me salpicó el estómago y el pubis, se limpió con mi blusa manchada y se volvió a poner los pantalones, luego se fue de mi habitación, y al cerrar la puerta alcancé a escuchar "HABITACIÓN DE SUS PADRES"

Completamente asustada por estar allí, en la cama de matrimonio, con mis tetas cubiertas de leche y la falda remangada, me levanté a toda velocidad, use la misma camiseta con que se había limpiado la verga Manuel, me bajé la falda y elegí otra blusa justo cuando mi hijo y Sheila salían del baño y luego entraban en mi dormitorio cuando todavía tenía mis pechos descubiertos.

- Carajo mamá, cómo tardas en elegir una blusa - se le notaba bastante bebido pero aún lúcido. Sheila me miró las tetas de una manera muy extraña, mi piel se erizó casi de inmediato. Después me miró a los ojos y me sonreía de manera coqueta. Terminó por disculparse mientras se salía de mi cuarto.

Yo aproveché para darle a mi hijo lo que Marcos me había dado. Creí que era demasiado para él, así es que le dije..."mira mi amor, estás pastillas nos ayudarán para no sentirnos tan mal mañana, son de aluminio y magnesia. Y también toma está lámina bucal para que puedas seguir besando a Sheila"

Mi hijo no dijo nada y las bebió, al igual que yo...


CONTINÚA... 

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