Tiyei
Mis dos fetiches consentidos...
BARBA y PANTS GRIS
Hace casi tres semanas recibí un mensaje privado, el remitente es un chico al que sólo se puede apreciar su barba y parte de su cuerpo en la foto de perfil.
El mensaje era realmente muy corto y simple:
"¿Qué tal, cómo estás?"
Muy sencillo para mi gusto (sean creativos chicos, una pregunta fuera de lo común, un piropo original, algo rico, interesante, si no, no pregunten porque los dejan en el olvido entre los mensajes); pero esa BARBA!!! Me fascinan los hombres de barba.
El caso es que por la curiosidad y un poco de aburrimiento le respondí con un “Muy bien, gracias. ¿Tú, qué tal?”.
Tardamos en coincidir en las respuestas como uno o dos días, pero una vez que coincidimos y pudimos conversar no dejamos de hacerlo durante varios días.
Es bastante listo y me iba llevando en la plática; le dije que como regla nunca pediríamos fotos, pero entre pláticas divertidas y cachondas me enredó en la conversación y fui yo quién terminó pidiéndole una fotografía, si, así es…
¡caí en su trampa!
Mientras los días pasaban y las conversaciones seguían, empezamos a tenernos más confianza, a platicar cosas más privadas. Le conté que no tengo suerte en este asunto de los arrimones, pues cuando buscaba que alguien disfrutara de mi trasero, nadie se acercaba , aunque no me lo crean, eso me afectaba anímica mente, mi autoestima estaba por los suelos y, por otro lado un arrimón consensuado no era lo que yo quería o buscaba.
Él, al igual que otros, me daba consejos que en verdad ¡me ponen verde!:
Que si la ropa, que si coqueta, que si zapatillas... Pfff... Terminé por mandar al carajo a los arrimones y a quien los proporciona.
Pero un día, me mandó una foto de su torso, ¡oh señor, existes!
No, no es un tipo muy mamey, pero si algo marcado y a mi gusto se ve bastante sabroso.
Terminé, según yo, por envolverlo y que se diera un encuentro. Y digo según yo, porque él también lo propiciaba.
El caso es que hoy por la mañana lo vi. Quedamos de vernos en tal estación del metro y ahí nos encontraríamos.
Me escribió para darme los buenos días (lo que él no sabía, es que yo deseaba dárselos a él, pero de otra forma) y le dije como me reconocería.
Llegó y cuando lo vi, en lo único que pude fijarme fue en un PANTS GRIS, si... Mi fetiche, un pants gris que me hizo recordar, y aparte vivir y sentir cosas realmente excitantes.
Él se acercó y me saludó de beso, yo lo abracé...
Había un tren esperando y me preguntó si nos íbamos en ese... ¡RAYOS!
Prejuicios y miedos me empezaron a invadir. Pero él, muy hábilmente me hizo sentir segura entre susurros, miradas y roces de su mano con mi brazo y mi espalda.
Subimos al tren y empezó mi primer experiencia consensuada... Yo aún tenía miedo (sé que entienden que tipo de miedo) de la gente pero él se dispuso a disfrutar y me fue guiando.
Por suerte mi mochila estorbaba y, al bajarla rocé su verga con mi mano. Les juro que fue totalmente accidental, un accidente bastante conveniente.
Durante la mayor parte del trayecto fui rozando, acariciando, apretando, disfrutando de cómo crecía su miembro poco a poco y se ponía durísimo en el dorso de mi mano por encima de su ropa.
En un momento él metió mi mano dentro de su pants, pero no sé podía porque yo sostenía mi mochila con esa mano. Él, nuevamente hábil, agarró y mi mochila y metió de lleno mi mano en su pants... Por supuesto, mi mano buscó de inmediato tocar y apretar ese pene que me tenía ya muy húmeda. Juro que yo transpiraba de nervios y excitación cuando noté que no traía nada...¡woooowwwww!
¡¡¡Yo tenía toda su verga dura y gorda en mi mano!!! Si al menos hubiera podido llevarla a mi boca
En cuanto me di cuenta llegamos a nuestro destino. Yo ya estaba muy satisfecha y contenta. Aunque de alguna manera no fue un arrimón, lo sé, a veces soy insaciable jajaja.
Nos quedamos un rato platicando cerca del andén. Ahí, él pudo tocar mis senos y debo agradecer que en todo momento me cuidó. Bajó su mano y para que pudiera tener mayor libertad desabroché mi pantalón y bajé mi cierre. Él pudo meter su mano y jugar con mi clítoris durante unos segundos, se me escaparon algunos leves gemidos y lo detuve... No deseaba tener un orgasmo en el andén.
No hoy, no ahí...
Nos despedimos y cada quien se fue a su respectivo trabajo. Cuando él llegó al suyo me escribió...
"Esto es como la droga, se da una prueba para que pidan más"
Y yo... ¡¡por supuesto que quiero más!!
Rony D'Faccio
Comentarios
Publicar un comentario