Con mi jefe
Desde hace un par de meses he sido la gatita de mi jefe. Me ha tenido días completos con un vibrador a control remoto metido en mi puchita, he viajado con otras personas mientras él me excita por teléfono; me ha dado una buena cogida en su oficina mientras hay gente esperándolo en la sala de juntas, me ha cogido en su camioneta justo enfrente de su casa.
En fin ha sido todo un cabrón conmigo.
Pero ayer en la mañana me mandó un mensaje muy particular…
- Gatita, quiero que vengas bien vestida; te presentaré con alguien importante y, por cierto, ponte la lencería negra de encaje.
Desde que lo leí, sentí como mis pezones se endurecieron y como mi entrepierna se calentaba. Esa lencería, se que le excita mucho, porque con los escotes se alcanza a ver el filo del encaje del bra y la tanga se pierde entre mis nalgas dejando ver sólo el delgado encaje al inicio de mi culo.
Así que me vestí como toda una ejecutiva con un conjunto negro; de falda corta, una blusa blanca de buen escote, que le permita ver el encaje que sostiene mis pezones, unos tacones altos y unas medias de red.
Al llegar a la oficina me manda un mensaje más...
- Pide mi desayuno y por favor, pide lo mismo a mi hermano
Ufff ¿su hermano? Sólo lo he visto en fotografías pero se ve súper bueno, así que me empieza a humedecer la idea de estar con los dos.
Después de media hora llegan ambos, pero yo estaba ocupada con una llamada, así que sólo los saludé con la cabeza. Mi escritorio queda exactamente enfrente del de mi jefe, así que mientras yo hablaba por teléfono él me veía con cara de excitado.
Entonces recibí otro mensaje...
- Gatita, deseo que esta espera valga la pena, por que no te imaginas lo que te tocará hoy.
Al verlo sentí como mi vulva se mojaba y empezaba a palpitar con fuerza. Así que le contesto …
- Papi, ya estoy por terminar, ¿esta vez me compartirá con su hermano? No aguanto las ganas de sentir como me llenan con su cálida leche.
- Eres una puta barata, sólo piensas cogértelo. De seguro estás tan caliente que tu deliciosa panocha está goteando… quiero que ahora te metas los dedos a la pucha y ver como salen empapados y te los chupes
Entonces, en mi escritorio, me hice a un lado para que viera perfectamente como me hundía dos dedos, los sacaba empapados y los chupaba como si fuera su rica verga; mientras veo su cara seria y tranquila pero también esa mirada lujuriosa; algo le dice a su hermano y ambos ríen.
Así pasó el día, tranquilo, viéndonos de vez en cuando. En ocasiones me llamaba para darme expedientes y documentos y, al entrar, veía la cara de lujuria de ambos, como me deseaban y me comían con la mirada.
Cuando empezó a obscurecer, los compañeros de la oficina se empezaron a retirar y, fue ahí cuando él me llamó y me pidió que arreglara una reservación para tres personas, con eso mis ilusiones de disfrutarlos se desvanecieron, puesto que seguramente irían a cenar con su esposa para darle la bienvenida a su hermano.
Pero no fue así; me quedé en la oficina entretenida con un trabajo pendiente y mi jefe me llamó. Al entrar a su oficina, su hermano se puso muy cerca de mi y mi jefe nos presentó, él me besa profundamente mientras soba mis nalgas con sus gruesas manos. Así me piden que los acompañe a cenar, y cómo me lo pedía mi jefe no me podía negar; así que me subí a la camioneta con ellos quedando en medio de los dos. En cuanto arrancó su chofer, mi jefe me besó fuertemente mientras ponía mi mano sobre la verga de su hermano. ¡Oh por Dios! Era un gran trozo de carne, dura y caliente.
No pude resistir y le pedí permiso a mi jefe para poderme comer tan delicioso pedazo de carne; cuando me dijo que si, su hermano se la sacó por completo, erguida al máximo, con una enorme cabeza; así que enseguida la empecé a mamar tan delicioso que hacía mi mayor esfuerzo por meter, tan si quiera, la mitad en mi boca. El chofer me miraba por el retrovisor y sonreía maliciosamente, pude ver cómo, a ratos, frotaba su verga con lujuria; mientras mi jefe metía sus dedos en mi vagina, que ya estaba chorreando y alternaba sus dedos entre mi pucha y mi culo.
Pocas cuadras antes de llegar al restaurante, su hermano terminó en mi boca, alimentándome con su hirviente leche y mi jefe me hacía terminar con sus dedos en mi culo. Antes de bajar nos arreglamos, y bajamos lo más normal posible. Mi jefe le dijo al chofer que se fuera y él conduciría de regreso.
Así que entramos al restaurante y cenamos muy tranquilos. Casi al final me paré al tocador, ya que no aguantaba las ganas de estar con ellos y, mi puchita estaba tan mojada que debía limpiarla, para que no fuera a chorrear. Al entrar al baño me di cuenta que su hermano entró junto conmigo, cerró la puerta con seguro y me tomó fuertemente entre sus brazos, besándome y llevándome contra los lavamanos, una vez que estaba aprisionada abrió mi blusa con cuidado y móvio el encaje de mi brasier, notó como mis pezones estaban al máximo así que empezó a mamarlos como bebé, esperando a que saliera leche.
Mientras bajó mis medias e hizo a un lado el encaje de mi tanga, paseo los dedos por los labios empapados de mi vagina y, cuando mordió mis pezones, clavó hasta el fondo sus tres dedos haciéndome gritar de placer. Se acercó a mi oído y sin sacar los dedos me dijo ...
- Mi hermano me dijo que eras una puta muy cachonda, pero jamás me dijo que estuvieras tan buena.
Acabando ésto sacó sus dedos y me giró mientras sacó su verga y de un solo golpe me la clavó y me hacía gemir. Me empezó a embestir como animal, la clavaba fuerte y profundo, hasta que en una fuerte clavada se quedó muy quieto y pude sentir como bombeaba su verga … me llenó de su leche, mientras sobaba con sus manos mis tetas.
Una vez que terminó, sacó su verga y, sacando de su bolsillo un consolador, lo clavó en mi concha como si fuera un corcho para que no se saliera su leche.
- Ahí está sucia perra, tu rico postre - se limpió y salió del baño sin que lo vieran. Yo esperé mientras me limpiaba un poco y me retiré también.
Al llegar a la mesa, vi que mi jefe estaba con una chica de la oficina, era de nueva contratación en el área de ventas, me la presentó y me dijo que nos acompañaría. Ella me tomó de la mejilla y me besó, jamás me había besado una mujer pero era algo muy excitante. Así tomamos nuestras cosas y nos fuimos del restaurante.
Al subirnos a la camioneta nos dejaron atrás mientras ellos se sentaron al frente. Así que Paula, nuestra nueva acompañante, me besó en cuanto arrancamos y con sus manos me acariciaba los senos. Yo, al principio, sólo me limitaba a besarla pero mi jefe le ordenó que me limpiara bien para que estuviera lista. Así que me quitó las medias y se acomodó quedando entre mis piernas, lentamente sacó el consolador de mi interior y empezó a mamar la leche que salía de mi. ¡Ohhhhh por Dios! Yo gritaba de placer, lo hacía tan delicioso que no podía aguantar venirme una y otra vez. Mientras mi jefe y su hermano se masturbaban en la parte de enfrente, excitados con nuestros gemidos.
Así llegamos a un hotel de lujo; nos arreglamos, me limpié un poco y entramos tomadas del brazo de ellos, con la mayor normalidad.
Teníamos reservado el penhouse. Así que, mientras subimos al elevador, Paula me besó una vez más y mi jefe se colocó detrás de mi metiendo sus dedos en mi vulva empapada y pegando su verga en mi, mientras su hermano hacía lo mismo con Paula.
Cuando se abrieron las puertas estábamos a punto de terminar ambas, pero ellos nos cargaron y nos llevaron a la cama. Como perras en celo nos empezamos a besar y a desnudar, mientras ellos se desnudaban y se acomodaban en el sillón y, se masturbaban viendo cómo nosotras recorríamos con besos nuestros cuerpos y nos movíamos una contra la otra; me excitaba demasiado sentir los labios de su vagina frótandose contra los míos y mientras mordía mis pezones sentía como se corría.
Cuando terminamos en un delicioso órgasmo, mi jefe me dio la orden de que fuera hacia a él, así que gateando llegamos Paula y yo, a sus deliciosas vergas completamente duras y calientes. Empezamos a mamarlas tratando de meterlas completas a la boca.
Ellos gemían al unísono... mientras, me acerqué, sin sacarme la verga de mi amo de la boca y clave mis dedos en la pucha de Paula ¡uffff! Estaba completamente inundada, así que empecé a dedearla más rápido al mismo tiempo que mamaba esa rica verga. Al cabo de un momento mi amo y su hermano explotaron en nuestras bocas bañándonos de semen.
Mientras ellos se recuperaron, nosotras nos fuimos desnudas a la alberca que había a relajarnos y seguir jugando; así que fui yo quién me metí primero y, ya en el agua, me giré tomando a Paula en la escaleras de la alberca, abrí sus piernas y empecé a mamarla tan delicioso que empezó a gemir cada vez mas fuerte, esto hizo que mi jefe se excitara mucho y reviviera su miembro; entonces se acercaron a la alberca los dos y disfrutaron de la vista y los gemidos de Paula. Su hermano se acercó con la verga a todo y la metió en su boca tomándola por la nuca y cogiéndola por la boca, así como me había cogido en el baño a mi.
Mi jefe frotaba su verga en sus senos, Paula no podía gritar por que tenía llena la boca con la verga de Mateo, el hermano de mi jefe y, yo tenía la boca muy ocupada en su concha, así que sólo se escuchaban los gemidos de ellos, pero antes de terminar nuevamente se separaron y mi jefe me sacó de la alberca tirándome a la cama.
- Muy bien gatita, hoy te he dejado estar de puta, pero te recordaré quien es tu amo - al terminar me jaló de las piernas y de un golpe me metió la verga perforando toda mi puchita, como animal empezó a bombear muy fuerte y de pronto paraba, bombeaba y paraba.
Mientras, Mateo tomó a Paula y la llevó a la cama poniéndola en cuatro patas sobre la cama, su boca quedó al nivel de mis senos, así que los empezó a morder mientras mordía yo los suyos y, vi que Mateo metía despacio toda su verga carnosa en Paula, haciéndola disfrutar centímetro a centímetro.
Las dos estábamos sometidas, gritando, gimiendo, gozando esas vergas dentro de nosotras; un par de animales nos estaban dando la cogida de nuestra vida, se escuchaban los gemidos y gritos de los cuatro mientras cogíamos como nunca.
Al poco rato ellos no pudieron aguantar mas, y terminaron llenando nuestras vulvas de su deliciosa lechita.
Caímos rendidos los cuatro en la cama, mi puchita escurría tanta leche que me sentía llena y Paula estaba tan cansada que le temblaban las piernas y se quedó dormida en cuestión de segundos…
Descansamos un poco pero ellos querían seguir, así que tomaron una pequeña pastilla azul y un poco de energetizante y al cabo de un rato ya estaban listos nuevamente, así que, como buena gatita, quedé a disposición de mi jefe. Él me pidió que me montara sobre Mateo, quién ya se pegaba a la vulva de Paula y le chupaba toda la leche que le había dejado.
Empecé a cabalgar a Mateo lentamente, clavándome su verga completa; mi jefe sólo veía excitado pero se acercó y nalgueándome fuertemente me inclinó hacia adelante y con la verga de Mateo dentro de la panocha, me clavó la suya en el culo partiéndome en dos. Yo sólo grité, no podía casi respirar con ambas vergas dentro, así que ambos empezaron a taladrarme como bestias y yo gritaba de placer y dolor.
No podía parar de gemir, sentía como me llenaban ambos, estaba casi inconsciente de placer… mientras ellos me bombeaban endemoniados y al cabo de unos minutos ambos estallaron, primero fue Mateo, quién pegó un gruñido y a los pocos segundos mi jefe; todo mi ser hervía de leche caliente, sentía como si mis intestinos fueran a explotar por la fuerza y el calor de su semen.
Caí casi inconsciente sobre la cama, escurriendo leche por mis piernas. Mientras ellos descansaban sobre la cama, sentí una lengua cálida y suave limpiándome las piernas, chupando gota a gota la leche que escurría. Lentamente subió hasta mi pucha, succionando la leche que en mi interior había, yo sólo gemía suavemente llevando mis manos tiernamente a la cabeza de Paula, quién chupaba toda la leche.
Yo la acariciaba mientras gemía cadenciosamente, ella metía sus dedos en mi culo y los sacaba llenos de leche, los chupaba delicadamente y lamía mi culo para limpiar lo que escurría. Ella estaba muy entretenida en mi, mientras Mateo y mi jefe descansaban.
Recobrando un poco de fuerza le pedí que se girara sobre mi, que me diera de beber de su vulva, y así fue como disfruté de un delicioso 69 con ella, metiendo y sacando mis dedos de su vagina empapada y succionando su delicioso y abultado clítoris y, justo cuando estábamos por terminar, Mateo y mi jefe despertaron.
- Mira nada más gatita, sólo esperas a que me distraiga para poderte coger a alguien mas, eres una maldita zorra, una puta barata que ahora le gusta mamar puchas y que lo haces con un gran placer – me dijo mi jefe, dándome una fuerte nalgada.
Él me llevó la cara a su verga que la tenía muy erecta por vernos mamar a Paula y a mi. Mientras pude ver que Mateo se encimaba en Paula, frotando su verga en los labios empapados y mordía fuertemente sus pezones haciéndola gritar, casi tanto como la hacía gritar yo.
Paula le rogaba a Mateo que la clavara hasta el fondo, pero como sabía que estaba excitada por lo que le había hecho yo, entonces Mateo la quería hacer sufrir más. Por lo que la paró, y la puso en cuatro patas, diciéndole que era una gran perra caliente y que le daría lo que se merece, así que mi jefe me llevó frente a ella y abriendo mis piernas le dijo que me mamara la pucha como la perra que era. Mientras Mateo la taladraba con su gorda verga......
Ella chillaba de placer con ese enorme cacho de carne partiéndola en dos, mientras mamaba mi vulva que escurría de excitación al verla como una gran perra. Mi jefe acercó su verga y la empecé a devorar acariciando y lamiendo sus huevos.
Así estuvimos por unos minutos hasta que Mateo sacó su verga y la empezó a frotar sobre su culo, y con miedo Paula le dijo que no, que era virgen de ahí y que la iba a lastimar, no le hubiera dicho por que a Mateo se le vió más aún la lujuira en su mirada, sabía que él querría estrenar ese culo, así como mi jefe había estrenado el mío. Por lo que Mateo clavó sus dedos en su vagina llena de jugos y los frotaba en su culo y lo lubricaba poco a poco.
Yo sabía que le iba a doler, puesto que la verga de mi jefe era más delgada que la de Mateo y a mi me había dolido muchísimo. Así que lleve su hermosa boca a mis labios húmedos y la llevé a que frotara mi vulva con su lengua; así mientras se perdía en mis jugos, Mateo clavó de un solo golpe su verga, haciéndola doblar de dolor, yo la tomaba del rostro llevándola a mi vagina para que no pensara en más que en mis jugos, mientras Mateo se daba el placer de desvirginar su apretado culo.
Era realmente excitante ver como la taladraba y bombeaba una y otra y otra y otra vez, aguantando al máximo...hasta que no pudo mas y con gran fuerza llenó sus intestinos de lleche saliendo a grandes chorros; ella apenas podía estar sobre sus piernas, así que en cuanto sacó su verga, ella cayó rendida sobre la cama.
Mi jefe, me pidió que la limpiara para darle placer y ella gemía suavemente, le excitaba mucho sentir como chupaba su vulva y su culo roto lleno de leche.
Mateo y mi jefe, se acercaron y nos besaron, esta vez Mateo a mi y mi jefe a Paula, nos calentaban con palabras deliciosas y apretando nuestras tetas. En un momento todos tocábamos el cuerpo de todos y de un golpe nos clavaron por el culo con su verga, Mateo la clavó en mi culo, ¡oh por Dios! sentía gran presión en mi culo, mientras Paula se movía con la verga de mi jefe en su culo. Los cuatro gritábamos de placer, brincaban chorros de nuestros orgasmos y mientras caían se mezclaban con una gran lluvia de semen… terminaron en nuestros cuerpos, batiendo nuestras nalgas y espalda de leche.
Estábamos tan cansados que nos quedamos dormidos sobre la cama, escurriendo leche y jugos.
Al despertar, ellos no estaban en la habitación y sobre la mesa sólo habían un vibrador, una verga de silicón de dos cabezas, y una nota que decía...
- Ricas putitas, diviértanse mucho, el lunes las vemos en la oficina. Paula será la perra de Mateo así que, gatita, espero que le enseñes a obedecer bien.
Asi fue cómo le dimos la bienvenida a la nueva integrante de nuestras locas y ardientes travesuras.
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